lunes, 30 de abril de 2012

LECTURAS DEL DOMINGO IV DE PASCUA 29 DE ABRIL



Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 5-6)

Alabemos al Señor llenos de gozo, porque la tierra está llena de su amor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, guíanos a la felicidad eterna de tu Reino, a fin de que el pequeño rebaño de tu Hijo pueda llegar seguro a donde ya está su Pastor, resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Sólo Jesús puede salvarnos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 8-12

En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos, puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: Este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 117 

R/. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.


Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R/.

Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R/.


Veremos a Dios tal cual es.

De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-2


Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a Él.


Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste, vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN (Jn 10, 14) 



R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.

El buen pastor da la vida por sus ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan: 10,11-18


En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.


Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Oremos a Jesús resucitado, nuestro pastor y nuestro guía


Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.

Para que la Iglesia sea siempre luz de esperanza y de amor para los pobres y los débiles. Oremos.

Para que aumenten entre nosotros las vocaciones sacerdotales y religiosas. Oremos.

Para que todos los que se sienten llamados a la vida sacerdotal o religiosa respondan con generosidad y con un espíritu de servicio como el de Jesús. Oremos.

Para que nuestros gobernantes trabajen con toda su voluntad para que los desempleados encuentren trabajo digno. Oremos.

Para que los niños también reconozcan a Jesús resucitado y vivan como verdaderos hijos de Dios. Oremos.

Para que estas fiestas de Pascua nos reafirmen en la fe, en la esperanza y en la solidaridad. Oremos.

Para que todos nosotros seamos, con nuestra palabra y nuestra manera de vivir, testigos de Jesús resucitado. Oremos.

Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración, y derrama sobre nosotros tú Espíritu Santo. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Ha resucitado Jesús, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas, y que se dignó morir para salvamos. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Vela, Señor, con solicitud, por las ovejas que rescataste con la Sangre preciosa de tu Hijo, para que puedan alcanzar, un día, la felicidad eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

domingo, 29 de abril de 2012

LECTURAS DEL SÁBADO III DE PASCUA 28 DE ABRIL



"¿También ustedes quieren dejarme?"






ANTÍFONA DE ENTRADA (Col 2, 12)


Por el bautismo, ustedes han sido sepultados con Cristo y con El han sido resucitados, porque han creído en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.

Aleluya.


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por medio del bautismo haces participar de la vida de Cristo a los que creen en ti, protégenos de los engaños del enemigo, para que podamos conservar fielmente el don de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

La comunidad cristiana crecía, animada por el Espíritu Santo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 31-42


En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.


Pedro recorría toda la región y una vez fue a visitar a los fieles que vivían en Lida. Ahí encontró a un hombre, llamado Eneas, que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico. Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu cama". Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor.

Había en Jafa, entre los discípulos, una mujer llamada Tabitá (que significa "gacela"), la cual hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma y murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación del segundo piso. Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allá, enviaron dos hombres para suplicarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro fue con ellos. Tan pronto como llegó, lo condujeron a la habitación del segundo piso. Allí lo rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía.

Pedro mandó salir a todos, se postró de rodillas y se puso a orar; luego, dirigiéndose a la muerta, dijo: "Tabitá, levántate". Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó. Él la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a las viudas y se la entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos creyeron en el Señor.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 115 

R/. ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Aleluya.


¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.

Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. A los ojos de Dios es muy penoso que mueran sus amigos R/.

De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. R/.



ACLAMACIÓN (cfr. Jn 6, 63. 68) 





R/. Aleluya, aleluya.


Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.




Señor, ¿a quién iremos? tu tienes palabras de vida eterna.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 60-69


En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?". Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”.


Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con Él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?". Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos y concédenos tu protección para conservar tu gracia y conseguir la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 20-21)

Padre, te mego por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MISA DE SAN PEDRO CHANEL

ORACIÓN COLECTA

Señor, que por medio de la celebración eucarística diste fortaleza a san Pedro Chanel para morir por la predicación del Evangelio en tierras de Oceanía, concédenos encontrar en la celebración del memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo fuerza para vivir como hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Bendice, Señor, los dones que te presentamos en honor de san Pedro Chanel, para que quienes vamos a participar de ellos por la comunión, alcancemos el perdón de nuestras culpas y la abundancia de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el sacramento que hemos recibido al celebrar gozosos la fiesta de san Pedro Chanel, reanime nuestras fuerzas para que, a ejemplo suyo, tengamos el valor de ser apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

viernes, 27 de abril de 2012

LECTURAS DEL VIERNES III DE PASCUA 27 DE ABRIL



El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.






ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 12)

Digno es el Cordero que fue sacrificado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. Ale luya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que nos has dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, haz que resucitemos a una vida nueva por medio de tu Espíritu de amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Es el instrumento escogido por mí, para que me dé a conocer a las naciones.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 1-20


En aquellos días, Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco, cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos hombres y mujeres seguidores del Camino.


Pero sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?". Preguntó él: "¿Quién eres, Señor?". La respuesta fue: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate. Entra en la ciudad y allí se te dirá lo que tienes que hacer.

Los hombres que lo acompañaban en el viaje se habían detenido, mudos de asombro, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no podía ver. Lo llevaron de la mano hasta Damasco y allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.

Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías, a quien se le apareció el Señor y le dijo: "Ananías". Él respondió: "Aquí estoy, Señor". El Señor le dijo: "Ve a la calle principal y busca en casa de Judas a un hombre de Tarso, llamado Saulo, que está orando". Saulo tuvo también la visión de un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista.

Ananías contestó: "Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus fieles en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para poner presos a todos los que invocan tu nombre". Pero el Señor le dijo: "No importa. Tú ve allá, porque yo lo he escogido como instrumento, para que me dé a conocer a las naciones, a los reyes y a los hijos de Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi causa".

Ananías fue allá, entró en la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: "Saulo, hermano, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo". Al instante, algo como escamas se le desprendió de los ojos y recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron. Luego comió y recuperó las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos en Damasco y se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 116 

R/. Que aclamen al Señor todos los pueblos. Aleluya. 


Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.

Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 6, 56) 





R/. Aleluya, aleluya.


El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor. R/.


Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 52-59


En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?".


Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre". Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Cristo, que murió en la cruz, ha resucitado ya y nos ha redimido. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

jueves, 26 de abril de 2012

LECTURAS DEL JUEVES III DE PASCUA 26 DE ABRIL


Yo soy el pan de la vida.






ANTÍFONA DE ENTRADA (Ex 15, 1-2)

Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Alabemos al Señor, porque Él es nuestra fortaleza y salvación. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Señor, muéstranos siempre ese amor que en estos días de Pascua nos has revelado con mayor claridad, y concédenos que, libres del error y del pecado, sigamos con fidelidad tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 26-40


En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado". Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías. Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a ese carro". Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó:"¿Entiendes lo que estás leyendo?". Él le contestó: "¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?". Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.


El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra?

El etíope le preguntó a Felipe: "Dime, por favor: ¿De quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro? Felipe comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: "Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?". Felipe le contestó: "Ninguna, si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.

Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó a Cesarea. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 65 

R/. Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.


Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas, porque Él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí; a Él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó alabanzas. R/.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 6, 51) 

R/. Aleluya, aleluya.


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 44-51


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de Él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre. Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida".


Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por medio de estos dones, que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Co 5, 15)

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para Él, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LECTURAS DEL MIÉRCOLES III DE PASCUA 25 DE ABRIL SAN MARCOS EVANGELISTA



Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes.





ANTIFONA DE ENTRADA (Mc 16, 15)

Vayan por todo el mundo, dice el Señor, y proclamen el Evangelio a todos los hombres. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Los saluda mi hijo Marcos.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5-14


Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que Él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes.


Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.

Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.

Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.

Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 88 

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Aleluya.


Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos". R/.

El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R/.

Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.



ACLAMACIÓN (1 Co 1, 23. 24) 



R/. Aleluya, aleluya. 


Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.





Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.

Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20


En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".


El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte y, por intercesión del evangelista san Marcos, concede a tu Iglesia permanecer siempre fiel a la misión de anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de los apóstoles.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, que la comunión que hemos recibido, nos santifique y nos dé fortaleza para vivir conforme al Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.