Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 104, 3-4. 5
Del nombre del Señor enorgullézcanse y alégrense el corazón de los que lo buscan. Busquen al Señor y serán fuertes. Recuerden las maravillas que ha hecho.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con el poder del Espíritu Santo enviaste a aquel que es tu Palabra para evangelizar a los pobres, haz que nosotros, teniendo los ojos fijos en él, vivamos siempre con verdadera caridad, como mensajeros y testigos de su Evangelio en todo el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras. - Vi que descendía del cielo la nueva Jerusalén.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 20, 1-4. 11-21, 2
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. El ángel sujetó al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo o Satanás, y lo encadenó durante mil años. Lo arrojó al abismo, lo encerró y puso un sello, para que ya no pudiera engañar a los pueblos hasta que pasaran mil años. Después de esto, es necesario que lo suelten un poco de tiempo.
Vi también unos tronos, donde se sentaron los encargados de juzgar. Vi, además, vivos a los que habían sido sacrificados por dar testimonio de Jesús y proclamar la palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la bestia ni a su estatua, y no se dejaron poner su marca en la frente ni en la mano. Éstos revivieron y reinaron con Cristo durante mil años.
Vi después un trono brillante y magnífico, y al que estaba sentado en él. El cielo y la tierra desaparecieron de su presencia sin dejar rastro. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos unos libros y también el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras, que estaban escritas en esos libros.
El mar devolvió sus muertos; la muerte y el abismo devolvieron los muertos que guardaban en su seno. Cada uno fue juzgado según sus obras. La muerte y el abismo fueron arrojados al lago de fuego; este lago es la muerte definitiva. Y a todo el que no estaba escrito en el libro de la vida lo arrojaron al lago de fuego. Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.
También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia que va a desposarse con su prometido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 83
R/. Dichosos los que viven en tu casa.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío. R/.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más vigor. R/.
ACLAMACIÓN Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.
Cuando vean que sucede esto, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 29-33
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: "Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que santifiques estos dones y acojas, en tu bondad, nuestra humilde ofrenda para que nuestros cuerpos se conviertan en oblación viva, santa y agradable a ti y nos concedas servirte, no según la antigua condición del hombre, sino en novedad de vida según tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 4,18-19
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para proclamar el año de gracia del Señor y el día de la redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados espiritualmente con el alimento precioso del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que transformes nuestro corazón y nos concedas un espíritu nuevo, para que, con perseverancia, caminemos por sendas de vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Memoria de santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir MR, p. 886 (876)
Según la tradición, Catalina fue una virgen de Alejandría, en Egipto. Se trata de una de las santas más conocidas y veneradas en toda Europa desde la turdlu Antigüedad hasta inicios del siglo XIX. Su vida está enmarcada en el siglo IV, y se considera que el césar en Siria y Egipto, Maximino Daia, ordenó su decapitación hacía el año 305. Su cuerpo se venera en el célebre monasterio ortodoxo del monte Sinai.
Del Común de mártires: para una virgen mártir, MR, p. 939 (931), o del Común de vírgenes: para una virgen, p. 960 (952).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que diste a tu pueblo el testimonio de santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir victoriosa, concédenos, por su intercesión, que seamos fuertes y constantes en la fe y trabajemos incansablemente por la unidad de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo ...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de santa Catalina de Alejandría, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoe 7,17
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada Catalina por la doble corona de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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