RESPUESTAS DE FE S.D.A.
SAN VICENTE DIÁCONO Y MÁRTIR
Se puede celebrar la Misa por la Unidad de los Cristianos "C" que está al final con las mismas lecturas que se presentan a continuación en la Misa de San Vicente.
ANTÍFONA DE ENTRADA
SAN VICENTE DIÁCONO Y MÁRTIR
Se puede celebrar la Misa por la Unidad de los Cristianos "C" que está al final con las mismas lecturas que se presentan a continuación en la Misa de San Vicente.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Éste es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, infunde bondadosamente tu Espíritu en nosotros, para que nuestros corazones sean fortalecidos por aquel amor invencible con el que tu santo mártir Vicente venció todos los tormentos corporales. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Cristo se ofreció a sí mismo en sacrificio de una vez para siempre.
Hermanos: Durante la antigua alianza hubo muchos sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer en su oficio. En cambio, Jesucristo tiene un sacerdocio eterno, porque Él permanece para siempre. De ahí que sea capaz de salvar, para siempre, a los que por su medio se acercan a Dios, ya que vive eternamente para interceder por nosotros. Ciertamente que un sumo sacerdote como éste era el que nos convenía: santo, inocente, inmaculado, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos; que no necesita, como los demás sacerdotes, ofrecer diariamente víctimas, primero por sus pecados y después por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque los sacerdotes constituidos por la ley eran hombres llenos de fragilidades; pero el sacerdote constituido por las palabras del juramento posterior a la ley, es el Hijo eternamente perfecto.
Ahora bien, lo más importante de lo que estamos diciendo es que tenemos en Jesús a un sumo sacerdote tan excelente, que está sentado a la derecha del trono de Dios en el cielo, como ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, levantado por el Señor y no por los hombres.
Todo sumo sacerdote es nombrado para que ofrezca dones y sacrificios; por eso era también indispensable que Él tuviera algo que ofrecer. Si Él se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrecieran los dones prescritos por la ley. Pero éstos son ministros de un culto que es figura y sombra del culto celestial, según lo reveló Dios a Moisés, cuando le mandó que construyera el tabernáculo: Mira, le dijo, lo harás todo según el modelo que te mostré en el monte. En cambio, el ministerio de Cristo es tanto más excelente, cuanto que Él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 39
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy". R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
Que se gocen en ti y que se alegren todos los que te buscan. Cuantos quieren de ti la salvación repiten sin cesar: "¡Qué grande es Dios!". R/.
ACLAMACIÓN cfr. 2 Tm 1, 10
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
Los espíritus inmundos gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde Él estaba. Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, estas ofrendas al conmemorar a tu santo mártir Vicente, a quien ninguna tentación pudo separar de la unidad del cuerpo de Cristo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1.5
Yo soy la vida verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san Vicente, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien se puede celebrar la misa por la Unidad de los Cristianos "C"
ANTÍFONA DE ENTRADA
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y derrama sobre él los dones de tu Espíritu, para que crezca siempre en él el amor a la verdad y busque, con firme propósito y con obras, la perfecta unidad de los cristianos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que te ofrecemos, Señor, nos purifique y también haga partícipes, finalmente, de los mismos sacramentos a todos a quienes nos une un mismo bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio por la unidad de los cristianos.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por Él nos has conducido al conocimiento de la verdad, para que fuéramos hechos miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo bautismo; por Él has enviado sobre todos los pueblos a tu Espíritu Santo, quien en la diversidad de sus dones, es admirable constructor de la Iglesia y autor de la unidad, habita en tus hijos de adopción y colma y gobierna a toda la Iglesias. Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 17, 21. 23
Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, somos uno, a fin de que sean uno en nosotros: yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que renueves en tu Iglesia la gracia de santificar que le has concedido, y que todos los que se glorían del nombre cristiano, merezcan servirte en la unidad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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