"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mirarán al que traspasaron.
Esto dice el Señor: "Derramaré sobre la descendencia de David y sobre los habitantes de Jerusalén, un espíritu de piedad y de compasión y ellos volverán sus ojos hacia mí, a quien traspasaron con la lanza. Harán duelo, como se hace duelo por el hijo único y llorarán por él amargamente, como se llora por la muerte del primogénito.
En ese día será grande el llanto en Jerusalén, como el llanto en la aldea de Hadad-Rimón, en el valle de Meguido". En aquel día brotará una fuente para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, que los purificará de sus pecados e inmundicias.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 62
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma. Te alabaré con jubilosos labios. R/.
Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues, cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
Tú eres el Mesías de Dios. — Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos profetas que ha resucitado".
Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". Él les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Como Pueblo de Dios, nuestra mirada quiere ser siempre muy amplia y alcanzar al mundo entero. Con este espíritu, presentemos al Padre nuestras plegarias.
Después de cada petición diremos: Padre misericordioso,
escúchanos.
Por la Iglesia en el mundo entero. Que sea, en medio de los pueblos y naciones, testimonio del amor y la misericordia de Dios. Oremos.
Por nuestros gobernantes. Que no cierren los ojos ante el dolor de tantas personas y familias que viven marcadas por la violencia y la pobreza que provoca la crisis económica. Oremos.
Por los papás. Que siempre sean responsables del bienestar físico y moral de quienes están a su cuidado. Oremos.
Por nosotros. Que tengamos siempre presente a Dios en nuestras vidas y experimentemos en nosotros la gracia del Espíritu Santo que nos acompaña en el seguimiento de Jesucristo. Oremos.
Escucha, Padre, lo que con fe te hemos pedido y concédenos aquello que más nos conviene. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 10, 11.15
Yo soy el buen pastor, y doy la vida por mis ovejas, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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