domingo, 11 de febrero de 2018

LECTURAS DEL DOMINGO VI DEL T. ORDINARIO 11 DE FEBRERO (VERDE)


"Si tú quieres, puedes curarme".




ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

El leproso vivirá solo, fuera del campamento.

Del libro del Levítico: 13, 1-2. 44-46.

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Cuando alguno tenga en su carne una o varias manchas escamosas o una mancha blanca y brillante, síntomas de la lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón o ante cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un leproso, y el sacerdote lo declarará impuro. El que haya sido declarado enfermo de lepra, traerá la ropa descosida, la cabeza descubierta, se cubrirá la boca e irá gritando: `¡Estoy contaminado! ¡Soy impuro!' Mientras le dure la lepra, seguirá impuro y vivirá solo, fuera del campamento". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 31, 1-2. 5.11 

R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.


Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.

Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.

Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo. R/.


Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 10, 31-11, 1

Hermanos: Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. No den motivo de escándalo ni a los judíos, ni a los paganos, ni a la comunidad cristiana. Por mi parte, yo procuro dar gusto a todos en todo, sin buscar mi propio interés, sino el de los demás, para que se salven. Sean, pues, imitadores míos, como yo lo soy de Cristo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN Lc 7, 16 





R/. Aleluya, aleluya.


Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.


Se le quitó la lepra y quedó limpio.

Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 40-45


En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí quiero: Sana!" Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.


Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: "No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés".

Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a Él de todas partes.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Llenos de confianza en Jesús como el leproso del evangelio, pidámosle por las necesidades de la Iglesia y del mundo. 

Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.

Por la Iglesia. Que sea un hogar de misericordia para todos los que viven atribulados y en situaciones difíciles. Oremos.

Por los que tienen autoridad en el mundo. Que la salud de las personas y el cuidado de los enfermos sea siempre una prioridad. Oremos.


Por los que sufren enfermedades largas y dolorosas. Que se sientan acompañados de la fortaleza y la ternura de Dios, y del amor y la ayuda a quienes los rodean. Oremos

Por todos nosotros. Que, en el Tiempo de Cuaresma que estamos a punto de iniciar, escuchemos de corazón la llamada que se nos hace a la conversión y a la renovación de nuestra vida cristiana. Oremos. 


Escúchanos, Señor Jesús, y danos tu salvación. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Jn 3, 16

Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN



Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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