Todo es posible para el que tiene fe.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 15, 5
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz Señor, me devuelves mi heredad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste dejarnos en el beato Sebastián de Aparicio un ejemplo de entrega a los demás en las ocupaciones diarias, concédenos por su intercesión amarte y servirte en nuestro prójimo en todas las actividades de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 1, 1-10
Toda sabiduría proviene del Señor y está con él eternamente. ¿Quién puede contar las arenas de la playa, las gotas de la lluvia o los días de los siglos? ¿Quién puede explorar la altura del cielo, la extensión de la tierra y la profundidad de los abismos?
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría; y la luz de la inteligencia, desde la eternidad. ¿A quién se le ha revelado la fuente de la sabiduría? ¿Quién ha conocido sus recursos inagotables? Uno solo es sabio, temible en extremo: el que está sentado en su trono, el Señor. Él creó la sabiduría, la contempló y la midió; la ha derramado sobre todas sus obras y sobre todos los hombres, según su generosidad; la ha derrochado entre aquellos que lo aman.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 92
R/. El Señor es un rey magnífico.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.
ACLAMACIÓN 2 Tim 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9,14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: "¿De qué están discutiendo?" De entre la gente, uno le contestó: "Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido".
Jesús les contestó: "¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho". Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Contestó el padre: "Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos". Jesús le replicó: "¿Qué quiere decir eso de 'si puedes'? Todo es posible para el que tiene fe". Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: "Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta". Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él". Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?" Él les respondió: "Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios misericordioso, que, despojando al beato Sebastián de Aparicio del hombre viejo, te dignaste formar en él un hombre nuevo conforme a tu imagen, concédenos, propicio, que nosotros, igualmente renovados, te ofrezcamos este sacrificio de reconciliación, agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 19, 27-29
Yo les aseguro que ustedes que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y heredarán la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la eficacia de este sacramento, te rogamos, Señor, que, a ejemplo del beato Sebastián de Aparicio nos conduzcas siempre por el camino de tu amor, y que la obra buena que empezaste en nosotros, la perfecciones, hasta el día en que se manifieste Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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