En el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32, 11. 19
Los proyectos de su corazón subsisten de generación en generación, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que, gozosos de honrar el Corazón de tu amado Hijo, al recordar la grandeza de los beneficios de su amor, merezcamos recibir gracias cada vez más abundantes de esa fuente celestial. Por nuestro Señor Jesucristo..
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las haré reposar.
Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad.
Las sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre las naciones, las traeré a su tierra y las apacentaré por los montes de Israel, por las cañadas y por los poblados del país. Las apacentaré en pastizales escogidos, y en lo alto de los montes de Israel tendrán su aprisco; allí reposarán en buenos prados, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré en la justicia".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
La prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros.
Hermanos: Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que Él mismo nos ha dado. En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores. Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por Él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Él por la muerte de su Hijo, con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 10, 14
Yo soy el buen pastor, dice el Señor, yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido'.
Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, el inefable amor del Corazón de tu Hijo amado, para que este don que te ofrecemos sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El inmenso amor de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno por Cristo, Señor nuestro.
El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos hacia el corazón abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de la salvación. Por eso, con todos los ángeles y los santos te alabamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 7, 37-38
Dice el Señor: si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Padre nuestro, que este sacramento de amor nos haga arder en santo afecto, de modo que, atraídos siempre hacia tu Hijo, sepamos reconocerlo en nuestros hermanos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Puede utilizarse la Bendición solemne del T. O. VII.
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