Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3. 5
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
ORACIÓN COLECTA
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hazte pequeño y hallarás gracia ante el Señor.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 3, 19-21. 30-31
Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te amarán más que al hombre dadivoso. Hazte tanto más pequeño cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor, porque sólo él es poderoso y sólo los humildes le dan gloria. No hay remedio para el hombre orgulloso, porque ya está arraigado en la maldad. El hombre prudente medita en su corazón las sentencias de los otros, y su gran anhelo es saber escuchar.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 67
R/. Dios da libertad y riqueza a los cautivos.
Ante el Señor, su Dios, gocen los justos, salten de alegría. Entonen alabanzas a su nombre. En honor del Señor toquen la cítara. R/.
Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos. R/.
A tu pueblo extenuado diste fuerzas, nos colmaste, Señor, de tus favores y habitó tu rebaño en esta tierra, que tu amor preparó para los pobres. R/.
Se han acercado ustedes a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente.
De la carta a los hebreos: 12, 18-19. 22-24
Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni obscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca.
Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 11, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. R/.
El que se engrandece a sí mismo, será humillado y el que se humilla, será engrandecido.
Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 1. 7-14
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola: "Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: 'Déjale el lugar a éste', y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate a la cabecera'. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido". Luego dijo al que lo había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos nuestras plegarias al Padre, unidos a Jesús, el mediador de la nueva alianza.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
Para que la Iglesia sea ante el mundo un ejemplo de sencillez y de humildad. Oremos.
Para que cada vez haya más jóvenes dispuestos a seguir a Jesús en el ministerio ordenado o en la vida religiosa. Oremos.
Para que nuestros gobernantes, especialmente el Presidente de la República, tengan siempre como primer objetivo el bienestar de todos los ciudadanos, y sobre todo de los que menos tienen o son excluidos. Oremos.
Para que las familias que sufren graves problemas económicos o de salud encuentren la fortaleza y la ayuda necesarias para salir adelante. Oremos.
Para que todos nosotros demos siempre un buen testimonio de nuestra fe y de nuestra esperanza. Oremos
Escucha, Padre de misericordia, nuestra oración y no nos dejes de tu mano. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
Para que la Iglesia sea ante el mundo un ejemplo de sencillez y de humildad. Oremos.
Para que cada vez haya más jóvenes dispuestos a seguir a Jesús en el ministerio ordenado o en la vida religiosa. Oremos.
Para que nuestros gobernantes, especialmente el Presidente de la República, tengan siempre como primer objetivo el bienestar de todos los ciudadanos, y sobre todo de los que menos tienen o son excluidos. Oremos.
Para que las familias que sufren graves problemas económicos o de salud encuentren la fortaleza y la ayuda necesarias para salir adelante. Oremos.
Para que todos nosotros demos siempre un buen testimonio de nuestra fe y de nuestra esperanza. Oremos
Escucha, Padre de misericordia, nuestra oración y no nos dejes de tu mano. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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