Señor: "Auméntanos la fe".
Misa para pedir la gracia de una buena muerte MR, p. 1159 (1151) / Lecc. II, p. 983
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 22, 4
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo, Señor y Dios mío, tu vara y tu cayado me dan seguridad.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos creaste a tu imagen y quisiste que tu Hijo padeciera la muerte por nosotros, concédenos permanecer siempre vigilantes en la oración, para que merezcamos salir de este mundo sin mancha de pecado y descansar llenos de gozo en el seno de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres. El espíritu del Señor llena toda la tierra.
Del libro de la Sabiduría: 1, 1-7
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo. Él se deja hallar por los que no dudan de Él y se manifiesta a los que en Él confían. Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia.
La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua. El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 138
R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Ésta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo. R/.
¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentras. R/.
Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Flp 2, 15. 16
R/. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/.
Si tu hermano te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo".
Los apóstoles dijeron entonces al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Así como venciste nuestra muerte, Señor, con la muerte de tu Unigénito, así también concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, obedeciendo a tu voluntad hasta la muerte, salgamos de este mundo llenos de paz y de confianza, hechos partícipes de su gloriosa resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 14, 7-8
Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido por estos misterios la prenda de la inmortalidad, te pedimos, Señor, que el auxilio de tu amor nos ayude en el momento de nuestra muerte, y que, venciendo las tentaciones del enemigo, seamos acogidos en el seno de tu eterna gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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