Tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran.
Santa Escolástica, virgen o san José Sánchez del Río, mártir mexicano* MR, pp. 710 (697) y 96l (953) / Lecc. I, p. 608
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos y regocijémonos, porque el Señor del universo ha colmado de su amor a esta virgen, santa y gloriosa.
ORACIÓN COLECTA
Al celebrar a santa Escolástica, virgen, te pedimos, Señor, que siguiendo su ejemplo nos concedas amarte con un amor puro y experimentar las delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Jeroboam mandó hacer dos becerros de oro.
Del primer libro de los Reyes: 12, 26-32; 13, 33-34
En aquellos días, Jeroboam, rey de Israel, pensaba para sus adentros: "El reino todavía puede volver a la casa de David. Si el pueblo sigue yendo a Jerusalén a ofrecer sacrificios en el templo del Señor, acabará por ponerse de parte de Roboam, rey de Judá, y a mí me matarán".
Por lo tanto, después de consultarlo, Jeroboam mandó hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo: "Ya no tienen para qué ir a Jerusalén, porque aquí tienes, Israel, a tu Dios, el que te sacó de Egipto". Él colocó uno de los becerros en Betel, mientras el pueblo iba con el otro a la ciudad de Dan.
Además mandó construir templos en la cima de los montes y puso de sacerdotes a hombres del pueblo, que no pertenecían a la tribu de Leví. Instituyó una fiesta el día quince del octavo mes, parecida a la que se celebraba en Judá. Él mismo subió al altar en Betel para ofrecer sacrificios a los becerros que había mandado hacer; y ahí, en Betel, designó a los sacerdotes para los templos que había construido.
Jeroboam no cambió su mala conducta y siguió nombrando a gente común y corriente para que fueran sacerdotes de los templos que había construido en la cima de los montes; consagraba como sacerdote a todo aquel que lo deseaba. Éste fue el pecado que causó la destrucción y el exterminio de la dinastía de Jeroboam.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 105
R/. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Hemos pecado igual que nuestros padres, cometimos maldades e injusticias. Allá en Egipto, nuestros padres no entendieron, Señor, tus maravillas. R/.
En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su gloria por la imagen de un buey que come pasto. R/.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del Mar Rojo, sus prodigios. R/.
ACLAMACIÓN Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
La gente comió hasta quedar satisfecha.
Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 1-10
En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos". Sus discípulos le respondieron: "¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos le contestaron: "Siete". Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente. Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos, para que, a ejemplo de santa Escolástica, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 4. 6
Las cinco vírgenes prudentes llevaron frascos de aceite junto con sus lámparas. A medianoche se oyó una voz: Ya viene el esposo; salgan al encuentro de Cristo, el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la santa comunión del Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito nos aleje de todas las cosas pasajeras, para que, a ejemplo de santa Escolástica, podamos crecer en la tierra en un auténtico amor a ti y gozar en el cielo, contemplándote eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
*San José Sánchez del Río MR, p. 932 (924)
Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Tenía 13 años al decretarse la suspensión de culto público. Su hermano Miguel tomó las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado pero su madre trató de disuadirlo. Luego escribió al jefe cristero y la respuesta fue negativa. Insistió pidiendo le admitiera como asistente. En el campamento se ganó el cariño de sus compañeros que lo apodaron «Tarsicio». Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe. El 5 de febrero de 1928, cerca de Cotija, el caballo del general cristero cayó muerto de un balazo y José le entregó el suyo. Hecho prisionero fue llevado ante el general callista quien al no lograr hacerlo apostatar lo mandó encerrar. El 10 de febrero de 1928 fue torturado desollándole los pies con un cuchillo y haciéndolo caminar a golpes hasta el cementerio donde se puso de pie al borde de la fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar su cuerpo. Murió mártir, apuñalado, gritando «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!» y recibiendo del capitán un disparó en la cabeza. Sus restos reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 20 de noviembre de 2005 y canonizado por el Papa Francisco, el 16 de octubre de 2016.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Éste es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san José Sánchez del Río luchar por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en la fe que san José Sánchez del Río atestiguó con la efusión de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ese dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san José Sánchez del Río, merezcamos por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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