jueves, 8 de febrero de 2024

LECTURAS DEL VIERNES V DEL T. ORDINARIO 9 DE FEBRERO (VERDE O ROJO)

 

Mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!" (que quiere decir" ¡Ábrete!")




Misa Votiva del Sagrado Corazón de Jesús o beato Luis Magaña Servín, mártir mexicano* MR, p. 1177 (1168) / Lecc. I, p. 603


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32, 11. 19

Los proyectos de su corazón subsisten de edad en generación en generación, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimados en tiempo de hambre.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, haz que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, configurados a imagen suya, merezcamos ser partícipes de la redención eterna. Por nuestro Señor Jesucristo ...


LITURGIA DE LA PALABRA

Israel se separó de la casa de David.

Del primer libro de los Reyes: 11, 29-32; 12, 19

En aquel tiempo, Jeroboam, siervo de Salomón, salió de Jerusalén y se encontró por el camino al profeta Ajías, de Siló, que llevaba puesto un manto nuevo.

Estaban los dos solos en el campo. Ajías tomó su manto, lo rasgó en doce pedazos y le dijo a Jeroboam: "Toma diez pedazos, pues el Señor, Dios de Israel, te manda decir: 'Voy a desgarrar el reino de Salomón. A ti te daré diez tribus, y a Salomón solamente le dejaré una en consideración a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí entre todas las tribus de Israel' ".

Y desde entonces hasta el día de hoy, Israel se separó de la casa de David. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 80 

R/. Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.

No tendrás otro Dios fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó de Egipto, tu destierro. R/.

Pero Israel no oyó mi voz y mi pueblo no quiso obedecerme. Los entregué, por eso, a sus caprichos y los dejé vivir como quisiesen. R/.

¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel con mis mandatos! Yo, al punto, humillaría a sus enemigos y sentirían mi mano sus contrarios. R/.


ACLAMACIÓN Cfr. Hch 16, 14 






R/. Aleluya, aleluya.


Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R/.

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-37


En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!" (que quiere decir" ¡Ábrete!"). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, Padre de misericordia, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Unigénito, concédenos que, unidos Íntimamente a él, te ofrezcamos una digna oblación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 7, 37-35

Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, aquel que cree en mí. Como dice la escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

O bien: Jn 19, 34

Uno de los soldados le traspasó el costado con su lanza, e inmediatamente salió sangre yagua.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo participado de tu sacramento de amor, imploramos, Señor, tu clemencia, para que, configurados con Cristo en la tierra, merezcamos compartir su gloria en el cielo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

O BIEN: 

Beato Luis Magaña Servín, mártir mexicano*

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 3, 8. 10

Todo lo consideró basura, con tal de conocer a Cristo, y conformarse a su muerte en comunión con su pasión.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que concediste al beato Luis Magaña Servín luchar por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida.
Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos, Señor, estas ofrendas al conmemorar a tu santo mártir el beato Luis Magaña Servín, a quien ninguna tentación pudo separar de la unidad del cuerpo de Cristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12

El que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia del beato Luis Magaña Servín, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Nació en Arandas, Jalisco, el 24 de agosto de 1902. Fue un cristiano íntegro, esposo responsable y solícito; mantuvo sus convicciones cristianas sin negarlas, aun en tiempos de prueba y persecución. Fue miembro activo de la Asociación católica de la juventud mexicana y de la Archicofradía de la Adoración nocturna del Santísimo Sacramento, en su parroquia. Contrajo matrimonio con Elvira Camarena Méndez el día 6 de enero de 1926; tuvo dos hijos, Gilberto y María Luisa, que no conoció. El día 9 de febrero de 1928, un grupo de soldados del Ejército Federal, capitaneado por el general Miguel Zenón Martínez tomó la población de Arandas. De inmediato dispuso fueran capturados los católicos que simpatizaran con la resistencia activa en contra del Gobierno; uno de ellos fue Luis. Cuando llegaron a su domicilio, no pudieron aprehenderlo por haberse ocultado debidamente; fue reemplazado por su hermano menor. Al enterarse del acto. Luis se presentó ante el mismo general Martínez, solicitando la libertad de su hermano a cambio de la suya. Estas fueron sus palabras: «Yo nunca he sido rebelde cristero como ustedes me titulan, pero si de cristiano se me acusa, sí, lo soy, y si por eso debo ser ejecutado, bienvenido y en hora buena. ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!». Sin mayores preámbulos, el militar decretó la muerte de Luis; momentos antes de ejecutarse la sentencia, en el atrio de la iglesia parroquial, Luis pidió la palabra: «Pelotón que me ha de ejecutar. quiero decirles que desde este momento quedan perdonados y les prometo que al llegar ante la presencia de Dios será por los primeros que pediré»; dicho lo cual, exclamó con voz potente: «¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!». Eran las tres de la tarde del 9 de febrero de 1928. (vatican.va)

 

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