"Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 19, 21)
Si quieres ser perfecto, anda y vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y después ven y sígueme, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que llamas a todos tus hijos a la perfección de la caridad e invitas a algunos a seguir más de cerca los ejemplos de Cristo, concede a quienes has elegido para esta vocación especial vivir de tal manera, que sean para la Iglesia y para el mundo, un signo elocuente de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vio una escalera por la que subían y bajaban los ángeles de Dios y vio a Dios, que le hablaba.
En aquel tiempo, Jacob salió de Berseba y se dirigió a Jarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó en aquel sitio. Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y oyó que le decía: "Yo soy el Señor, el Dios de tu padre, Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti y a tus descendientes la tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente, hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Yo estoy contigo, te cuidaré por dondequiera que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonaré ni dejaré de cumplir lo que te he prometido".
Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: "Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía". Y exclamó asustado: "¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo".
Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo era Luz. Jacob hizo una promesa, diciendo: "Si Dios está conmigo, si me cuida en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme, si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios. Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 90
R/. Señor, en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío". R/.
Él te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas. R/.
"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé; en tus angustias estaré contigo". R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. 2 Tm 1, 10)
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
Mi hija acaba de morir; pero ven tú y volverá a vivir.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante Él y le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir".
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: "Con sólo tocar su manto, me curaré". Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: "Hija, ten confianza; tu fe te ha curado". Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: "Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida". Y todos se burlaron de Él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre santo, los dones que te presentamos y concede a cuantos se han propuesto seguir con entusiasmo a tu Hijo por el camino estrecho de la perfección evangélica, servirle con libertad de espíritu y en fraternidad verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Mt 19, 27. 28. 29)
Yo les aseguro que ustedes, los que han abandonado todo por seguirme, recibirán cien veces más y obtendrán la vida eterna, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, con este sacramento, a las comunidades religiosas a fin de que, permaneciendo fieles a su vocación, muestren al mundo una imagen viva de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario