Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Memoria de san Isidro Labrador MR, pp. 746 (733). 968 (960) / Lecc. I, p. 954
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 20, 2-3
De tu poder, Señor, se alegra el justo, se alegra en el triunfo que les has dado. Le otorgaste lo que él tanto anhelaba. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que en la humildad y sencillez de san Isidro Labrador nos dejaste un ejemplo de vida oculta con Cristo en ti, concédenos que el trabajo de cada día humanice nuestro mundo y sea también una plegaria de alabanza a tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora los dejo en manos de Dios, que puede hacerlos crecer y alcanzar la herencia prometida.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 20, 28-38
En aquellos días, Pablo dijo a los presbíteros de la comunidad cristiana de Éfeso: "Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.
Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí. Por eso estén alerta. Acuérdense que durante tres años, ni de día ni de noche he dejado de aconsejar, con lágrimas en los ojos, a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra salvadora, la cual tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en el espíritu y alcancen la herencia prometida. Yo no he codiciado ni el oro ni la plata ni la ropa de nadie. Bien saben que cuanto he necesitado para mí y para mis compañeros, lo he ganado con mis manos. Siempre he mostrado que hay que trabajar así, para ayudar como se debe a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: 'Hay más felicidad en dar que en recibir' ".
Dicho esto, se arrodilló para orar con todos ellos. Todos se pusieron a llorar y abrazaban y besaban a Pablo, afligidos, sobre todo, porque les había dicho que no lo volverían a ver. Y todos lo acompañaron hasta el barco.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 67
R/. Reyes de la tierra, canten al Señor. Aleluya.
Señor, despliega tu poder, reafirma lo que has hecho por nosotros, desde Jerusalén, desde tu templo, a donde vienen los reyes con sus dones. R/.
Cántenle al Señor, reyes de la tierra, denle gloria al Señor que recorre los cielos seculares, y que dice con voz como de trueno: "Glorifiquen a Dios". R/.
Sobre Israel su majestad se extiende y su poder, sobre las nubes. Bendito sea nuestro Dios. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Jn 17, 17
R/. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.
Padre, que ellos sean uno, como nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan: 17, 11-19
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por esta ofrenda que te presentamos, Señor, en la conmemoración de San Isidro, concede a tus fieles los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 33
El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos recibidos, Señor, en la conmemoración de San Isidro, santifiquen nuestras mentes y nuestros corazones, para que merezcamos participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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