RESUCITÓ ¡ALELUYA!
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 138, 18. 5-6)
He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí, tu sabiduría ha sido maravillosa. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.
Nosotros somos testigos de cuanto Él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en Él reciben, por su medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 117
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 1-4
Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos, juntamente con Él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
O bien:
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
(Sólo el día de hoy es obligatoria: durante la octava es opcional)
Ofrezcan
los cristianos
|
|
los ángeles testigos,
|
ofrendas
de alabanza
|
|
sudarios y mortaja.
|
a gloria
de la víctima
|
|
¡Resucitó de veras
|
propicia
de la Pascua.
|
|
mi amor y mi esperanza!
|
|
|
|
Cordero
sin pecado,
|
|
Venid a Galilea,
|
que a las
ovejas salva,
|
|
allí el Señor aguarda;
|
a Dios y a
los culpables
|
|
allí veréis los suyos
|
unió con
nueva alianza.
|
|
la gloria de la Pascua.
|
|
|
|
Lucharon
vida y muerte
|
|
Primicia de los muertos,
|
en
singular batalla,
|
|
sabemos por tu gracia
|
y, muerto
el que es la vida,
|
|
que estás resucitado;
|
triunfante
se levanta.
|
|
la muerte en ti no manda.
|
|
|
|
"¿Qué
has visto de camino,
|
|
Rey vencedor, apiádate
|
María, en
la mañana?".
|
|
de la miseria humana
|
A mi Señor
glorioso,
|
|
y da a tus fieles parte
|
la tumba
abandonada,
|
|
en tu victoria santa
|
ACLAMACIÓN (cfr. 1 Co 5, 7-8)
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
EVANGELIO
Él debía resucitar de entre los muertos.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo:
'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer día resucite' ". Y ellas recordaron sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no las creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien, en las misas vespertinas del domingo:
Quédate con nosotros, porque ya es tarde.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús, el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él sería el libertador de Israel, y, sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a Él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a Él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, Él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
A Jesús resucitado, vida y esperanza para la humanidad entera, orémos.
A cada petición diremos:
Jesús resucitado, escúchanos.
Por la Iglesia: por el Papa, por los obispos, sacerdotes y diáconos, por los religiosos y religiosas, por todos los fieles. Que en todos crezca la fe y la esperanza que nos trae la resurrección del Señor. Oremos:
Por nuestro país, y por todos los países del mundo. Que a todos alcance la paz y libertad. Oremos:
Por los que durante este tiempo de Pascua recibirán el Bautismo, la Confirmación o la primera Eucaristía. Que vivan llenos de la gracia del Espíritu Santo. Oremos:
Por todos nosotros. Que esta Pascua renueve nuesTra adhesión a Jesús resucitado. Oremos:
Jesús resucitado, escúchanos y danos la fuerza de tu Espíritu. Tú, que vives y reinas...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Regocijados con la alegría de la Pascua, te ofrecemos, Señor, esta Eucaristía, mediante la cual tu Iglesia se renueva y alimenta de un modo admirable. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 5, 7-8)
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua con una vida de rectitud y santidad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paterno, para que, renovada ya por los sacramentos de Pascua, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para despedir al pueblo, durante toda la octava se dice:
Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R/. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario