"Sí quiero, queda curado"
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este hombre es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que llamaste al obispo san Ireneo a defender tu verdad y a traer la paz a tu Iglesia, aumenta en nosotros la fe y la caridad a fin de que nos esforcemos siempre por fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Todos sus hijos varones serán circuncidados, como señal de la alianza. - Sara te dará un hijo.
Del libro del Génesis: 17, 1. 9-10. 15-22
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo: "Yo soy el Dios todopoderoso. Camina en mi presencia y seme fiel. Cumple mi alianza tú y tu posteridad, de generación en generación. La alianza que hago contigo y tus descendientes, y que tienen que cumplir, consiste en que todos sus hijos varones serán circuncidados. Saray, tu esposa, ya no se llamará Saray, sino Sara. La bendeciré y ella te dará un hijo, y yo lo bendeciré; de él nacerán pueblos y reyes de naciones".
Abraham se postró en tierra y se puso a reír, diciendo en su interior: "¿Podrá un hombre de cien años tener un hijo, y Sara, a sus noventa, podrá dar a luz?".
Entonces Abraham le dijo a Dios: "Me conformo con que le conserves la vida a Ismael". Dios le respondió: "Sara, tu esposa, te dará un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Con él y con sus descendientes estableceré mi alianza, una alianza perpetua.
En cuanto a Ismael, también te he escuchado. Lo bendeciré, lo engrandeceré y haré que su descendencia sea muy numerosa; engendrará doce príncipes y será padre de un gran pueblo. Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene, por estas fechas".
Y cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se retiró.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 127
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos; comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida". R/.
ACLAMACIÓN (Mt 8, 17)
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R/.
Señor, si quieres, puedes curarme.
Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 1-4
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró ante Él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes curarme". Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: "Sí quiero, queda curado". Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: "No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta Eucaristía con la que celebramos, Señor, la fiesta de san Ireneo, te glorifique a ti y aumente en nosotros el amor a la verdad, a fin de que permanezcamos firmes en la fe y en la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 5)
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y en el cual yo permanezco, ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la participación en este sacramento nos comunique, Señor, la fe viva por la que gloriosamente murió san Ireneo, a fin de que podamos vivir como verdaderos discípulos de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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