miércoles, 11 de febrero de 2015

LECTURAS DEL MIÉRCOLES V DEL T. ORDINARIO 11 DE FEBRERO NUESTRA SEÑORA DE LOURDES (BLANCO)


Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro



RESPUESTAS DE FE S.D.A.

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

SAN PEDRO DE JESÚS MALDONADO PRESBÍTERO MÁRTIR


ANTÍFONA DE ENTRADA Jdt 13, 18-19

Bendita eres tú, Virgen María, por obra del Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la boca de los hombres no cese de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que, quienes celebramos la conmemoración de la inmaculada Madre de Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén.

Del libro del Génesis: 2, 4-9. 15-17

Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres que labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran los campos. Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. El Señor Dios le dio al hombre esta orden: "Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que comas de él, morirás sin remedio".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 103, 1-2a. 27-28. 29bc-30 

R/. Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

ACLAMACIÓN Cfr. Jn 17, 17 




R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

Lo que mancha al hombre es lo que sale de dentro.

Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 14-23

En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro".

Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: "¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?" Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.

Luego agregó: "Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio, se aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 48

Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor, que nos concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de la Virgen Madre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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