La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 20,2-3
De tu poder, Señor, se alegra el justo, se alegra en el triunfo que les has dado. Le otorgaste lo que él tanto anhelaba. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que en la humildad y sencillez de san Isidro Labrador nos dejaste un ejemplo de vida oculta con Cristo en ti, concédenos que el trabajo de cada día humanice nuestro mundo y sea también una plegaria de alabanza a tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Quiero llegar al fin de mi carrera y cumplir el encargo que recibí del Señor Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 20, 17-27
En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la comunidad cristiana de Éfeso. Cuando se presentaron, les dijo: "Bien saben cómo me he comportado entre ustedes, desde el primer día en que puse el pie en Asia: he servido al Señor con toda humildad, en medio de penas y tribulaciones, que han venido sobre mí por las asechanzas de los judíos. También saben que no he escatimado nada que fuera útil para anunciarles el Evangelio, para enseñarles públicamente y en las casas, y para exhortar con todo empeño a judíos y griegos a que se arrepientan delante de Dios y crean en nuestro Señor Jesucristo.
Ahora me dirijo a Jerusalén, encadenado en el espíritu, sin saber qué sucederá allá. Sólo sé que el Espíritu Santo en cada ciudad me anuncia que me aguardan cárceles y tribulaciones. Pero la vida, para mí, no vale nada. Lo que me importa es llegar al fin de mi carrera y cumplir el encargo que recibí del Señor Jesús: anunciar el Evangelio de la gracia de Dios.
Por lo pronto sé que ninguno de ustedes, a quienes he predicado el Reino de Dios, volverá a verme. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie, porque no les he ocultado nada y les he revelado en su totalidad el plan de Dios".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 67
A tu pueblo extenuado diste fuerzas, nos colmaste, Señor, de tus favores y habitó tu rebaño en esta tierra, que tu amor preparó para los pobres. R/.
Bendito sea el Señor, día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. Nuestro Dios es un Dios de salvación porque puede librarnos de la muerte. R/.
ACLAMACIÓN Jn 14, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, dice el Señor. R/.
Padre, glorifica a tu Hijo.
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique, y por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorificame en ti con la gloria que tenía, antes de que el mundo existiera.
He manifestado tu nombre a los hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me los diste. Ellos han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han recibido y ahora reconocen que yo salí de ti y creen que tú me has enviado.
Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que tú me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos. Ya no estaré más en el mundo, pues voy a ti; pero ellos se quedan en el mundo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por esta ofrenda que te presentamos, Señor, en la conmemoración de San Isidro, concede a tus fieles los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16,33
El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos recibidos, Señor, en la conmemoración de San Isidro, santifiquen nuestras mentes y nuestros corazones, para que merezcamos participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor
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