domingo, 8 de septiembre de 2019

LECTURAS DEL DOMINGO XXIII DEL T. ORDINARIO 8 DE SEPTIEMBRE (VERDE)


El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.







ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso con tu siervo.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios?

Del libro de la Sabiduría: 9, 13-19


¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios? ¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos de los mortales son inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse, porque un cuerpo corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento.


Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo? ¿Quién conocerá tus designios, si tú no le das la sabiduría, enviando tu santo espíritu desde lo alto?



Sólo con esa sabiduría lograron los hombres ende-rezar sus caminos y conocer lo que te agrada. Sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor, los que te agradaron desde el principio.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 89




R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.



Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años para ti son como un día que ya pasó; como una breve noche. R/.


Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.



Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras y tu gloria. R/.


Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano amadísimo.

De la carta del apóstol san Pablo a Filemón: 9-10. 12-17


Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además, prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo aquí, en la cárcel.



Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Yo hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera, mientras estoy preso por la causa del Evangelio. Pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no sea como por obligación, sino por tu propia voluntad.



Tal vez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo recuperaras para siempre, pero ya no como esclavo, sino como aleo mejor que un esclavo, como hermano amadísimo. Él ya lo es para mí. ¡Cuánto más habrá de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por lo tanto, si me consideras como compañero tuyo, recíbelo como a mí mismo.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN  Sal 118, 135








R/. Aleluya, aleluya.


Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos. R/.

El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.

Resultado de imagen para El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 25-33


En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:


"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.



Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar'.

¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti Señor Jesús.


Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos a Dios Padre nuestras plegarias por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero.

Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.


Para que el Señor conceda a su santa Iglesia la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos. Oremos.


Para que Dios, rico en misericordia conceda la paz del mundo, cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión. Oremos.

Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria. Oremos.

Para que el Señor nos conceda, a quienes vivimos en México, construir una sociedad justa que supere todo tipo de pobreza y marginación. Oremos. 

Para que el Señor Dios nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el Reino de la felicidad, de la luz y de la paz. Oremos.

Escucha, Padre, nuestras plegarias y concede la paz a nuestros días. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3

Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario