sábado, 19 de junio de 2021

LECTURAS DEL DOMINGO XII DEL T. ORDINARIO 20 DE JUNIO (VERDE)

 

"¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?"






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9

El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

ORACIÓN COLECTA

Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.

Del libro de Job 38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tormenta y le dijo: "Yo le puse límites al mar, cuando salía impetuoso del seno materno; yo hice de la niebla sus mantillas y de las nubes sus pañales; yo le impuse límites con puertas y cerrojos y le dije: 'Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas'".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 106

R/. Demos gracias al Señor por sus bondades.

Los que la mar surcaban con sus naves, por las aguas inmensas negociando, el poder del Señor y sus prodigios en medio del abismo contemplaron. R/.

Habló el Señor y un viento huracanado las olas encrespó; al cielo y al abismo eran lanzados, sobrecogidos de terror. R/.

Clamaron al Señor en tal apuro y Él los libró de sus congojas. Cambió la tempestad en suave brisa y apaciguó las olas. R/.

Se alegraron al ver la mar tranquila y el Señor los llevó al puerto anhelado. Den gracias al Señor por los prodigios que su amor por el hombre ha realizado. R/.

Ya todo es nuevo.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 14-17

Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Lc 7, 16 








R/. Aleluya, aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.


¿Quién es éste, a quien hasta e viento y el mar obedecen?

Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Vamos a la otra orilla del lago". Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.

De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua.

Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Cállate, enmudece!" Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: "¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?" Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?"

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos con la certeza de que Dios Padre está siempre atento a las necesidades de sus hijos.

Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.

– Por la Iglesia entera, por todos los que queremos seguir a Jesucristo con fidelidad. Oremos.

– Por los gobernantes de nuestro país, por los políticos, por los responsables de la economía, por todos los que tienen que velar por el bien común. Oremos.

– Por los papás, primeros responsables del bienestar físico y moral de quienes están a su cuidado. Oremos.

– Por las mujeres que son maltratadas en nuestro país y en el mundo. Oremos.

– Por los que hoy estamos reunidos en esta Eucaristía, compartiendo el gozo de la fe. Oremos.

Escucha, Padre, la    oración de los que en ti confían. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15

Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su tiempo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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