viernes, 11 de febrero de 2022

LECTURAS DEL SÁBADO V DEL T. ORDINARIO 12 DE FEBRERO (VERDE O BLANCO)

 

Tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran.





MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


ANTÍFONA DE ENTRADA

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que, quienes celebramos la conmemoración de la santa Madre de Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

Jeroboam mandó hacer dos becerros de oro.

Del primer libro de los Reyes: 12, 26-32; 13, 33-34

En aquellos días, Jeroboam, rey de Israel, pensaba para sus adentros: "El reino todavía puede volver a la casa de David. Si el pueblo sigue yendo a Jerusalén a ofrecer sacrificios en el templo del Señor, acabará por ponerse de parte de Roboam, rey de Judá, y a mí me matarán".

Por lo tanto, después de consultarlo, Jeroboam mandó hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo: "Ya no tienen para qué ir a Jerusalén, porque aquí tienes, Israel, a tu Dios, el que te sacó de Egipto". Él colocó uno de los becerros en Betel, mientras el pueblo iba con el otro a la ciudad de Dan.

Además mandó construir templos en la cima de los montes y puso de sacerdotes a hombres del pueblo, que no pertenecían a la tribu de Leví. Instituyó una fiesta el día quince del octavo mes, parecida a la que se celebraba en Judá. Él mismo subió al altar en Betel para ofrecer sacrificios a los becerros que había mandado hacer; y ahí, en Betel, designó a los sacerdotes para los templos que había construido.

Jeroboam no cambió su mala conducta y siguió nombrando a gente común y corriente para que fueran sacerdotes de los templos que había construido en la cima de los montes; consagraba como sacerdote a todo aquel que lo deseaba. Éste fue el pecado que causó la destrucción y el exterminio de la dinastía de Jeroboam.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 105 

R/. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.

Hemos pecado igual que nuestros padres, cometimos maldades e injusticias. Allá en Egipto, nuestros padres no entendieron, Señor, tus maravillas. R/.

En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su gloria por la imagen de un buey que come pasto. R/.

Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del Mar Rojo, sus prodigios. R/.


ACLAMACIÓN Mt 4, 4 




R/. Aleluya, aleluya.


No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.


La gente comió hasta quedar satisfecha.

Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 1-10

En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos". Sus discípulos le respondieron: "¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos le contestaron: "Siete". Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente. Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por la abundancia de tu gracia, en ofrenda permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1. 49

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que nos has concedido participar de la redención eterna, te rogamos, Señor, que, quienes celebramos la conmemoración de la Madre de tu Hijo, no sólo nos gloriemos de la plenitud de tu gracia, sino que experimentemos también un continuo aumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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