¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?
Misa por los enfermos o Memoria, san Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia* MR, p. 1156 (1148) / Lecc. II, p. 992
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6, 3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos se quiebran y la enfermedad me aflige.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito cargara con nuestros sufrimientos para mostrarnos el valor de la enfermedad y la paciencia humana, escucha benignamente nuestras súplicas por los hermanos que se hallan enfermos y concede que los que están afligidos por el dolor, las penas y la enfermedad, no sólo se sientan elegidos entre aquellos proclamados dichosos, sino que también sepan que están unidos a Cristo en su pasión, para salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo ...
O bien:
Dios todopoderoso y eterno, salvación perpetua de los que creen en ti, escucha nuestra oración por tus siervos, enfermos, para quienes imploramos el auxilio de tu misericordia, a fin de, recuperada la salud, puedan ofrecerte su acción de gracias en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Escuchen, reyes, para que obtengan la sabiduría.
Del libro de la Sabiduría: 6, 1-11
Escuchen, reyes, y entiendan; aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra; estén atentos, los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del gran número de sus súbditos: El Señor les ha dado a ustedes el poder; el Altísimo, la soberanía; Él va a examinar las obras de ustedes y a escudriñar sus intenciones.
Ustedes son ministros de su reino y no han gobernado rectamente, ni han cumplido la ley, ni han vivido de acuerdo con la voluntad de Dios. Él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, porque un juicio implacable espera a los que mandan. Al pequeño, por compasión se le perdona, pero a los poderosos se les castigará severamente. El Señor de todos ante nadie retrocede y no hay grandeza que lo asuste; Él hizo al grande y al pequeño y cuida de todos con igual solicitud; pero un examen muy severo les espera a los poderosos.
A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan a ser sabios y no pequen; porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor serán reconocidos como justos, y los que aprenden a cumplir su voluntad encontrarán defensa. Pongan, pues, atención a mis palabras, búsquenlas con interés y ellas los instruirán.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 81
R/. Ven, Señor, y haz justicia.
Protejan al pobre y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado, defiendan al desvalido y al pobre y líbrenlos de las manos del malvado. R/.
Yo declaro: "Aunque todos ustedes sean dioses e hijos del Altísimo, morirán como cualquier hombre, caerán como cualquier príncipe". R/.
ACLAMACIÓN 1 Ts 5, 18
R/. Aleluya, aleluya.
Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan. R/.
¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!"
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salvado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, cuya providencia dirige cada momento de nuestra vida, recibe las súplicas y las ofrendas con que imploramos tu misericordia en favor de nuestros enfermos, para que la preocupación de ahora por su enfermedad, se nos convierta pronto en gozo por su salud.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 24
Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, auxilio inefable en la enfermedad, ayuda con tu poder a estos hijos tuyos enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan a ocupar su lugar en la asamblea de tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
*San Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 879 (868)
Este sacerdote Dominico, nacido en Baviera, da clases en París, en donde lo escucha, como discípulo, Tomás de Aquino (1245•1248).
Su obispado en Ratisbona constituye un paréntesis de sólo dos años en su vida de profesor e investigador, siempre consagrado a descubrir las leyes físicas para encontrar en el fondo al creador de ellas. Muere en Colonia en 1280.
Del Común de pastores: para un obispo, MR, p. 943 (935), o del Común de doctores de la Iglesia, MR, p. 956 (948).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ez 34, 11. 23-24
Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste grande al obispo san Alberto para conciliar el saber humano con la verdad revelada, concédenos seguir sus enseñanzas para que, a través del progreso de las ciencias, podamos profundizar en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo ...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar en esta festividad de san Alberto Magno, para que nos alcancen tu perdón y den gloria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos sagrados misterios, Señor, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san Alberto Magno, nos esforcemos en profesar lo que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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