jueves, 29 de septiembre de 2011

LECTURAS DEL JUEVES XXVI DEL T. ORDINARIO 29 DE SEPTIEMBRE SAN MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL ARCÁNGELES


"Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".



Junto con estos tres arcángeles, celebramos hoy a todos los ángeles, que, desde el paraíso del Génesis, hasta el del Apocalipsis, llenan con su intervención invisible el desarrollo de la historia de la salvación. Son mensajeros del Señor, que nos descubren sus secretos y nos trasmiten sus órdenes. Y son los primeros adoradores del Dios vivo, en medio de una muchedumbre inmensa.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 102, 20)

Ángeles del Señor, bendíganlo; ustedes, los poderosos ejecutores de sus órdenes, los que están prontos a obedecer su palabra, bendigan al Señor.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que con providencia admirable has confiado a los ángeles y a los hombres su misión particular, haz que quienes te sirven constantemente en el cielo nos protejan siempre en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Millones y millones estaban a sus órdenes.

Del libro del profeta Daniel: 7, 9-10. 13-14


Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y sus cabellos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros.



Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido.

 Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.



Del salmo 137

 R/. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.



De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.

Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.



ACLAMACIÓN (Sal 102, 21)





R/. Aleluya, aleluya.



Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.




Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.


Del santo Evangelio según san Juan: 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". 

Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

 Palabra del Señor.

 Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Haz, Señor, que tus ángeles lleven ante ti los dones que te presentamos y que este sacrificio sea para todos los hombres fuente de vida y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de los ángeles.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 137, 1)

Te damos gracias de todo corazón, porque cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. En presencia de los ángeles cantaremos, Dios nuestro, tus alabanzas

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que nos fortalezca, Señor, el pan celestial con que nos has alimentado, para que caminemos seguros por la senda de la salvación bajo la fiel custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 REFLEXIÓN: • San Miguel –que en hebreo significa “¿Quién como Dios?”–, es mencionado en el libro de Daniel (10, 13; 12, 1) como ayudante y defensor del pueblo de Dios. La Carta de San Judas lo presenta luchando contra Satanás por el cuerpo de Moisés (1, 9), y el Apocalipsis nos recuerda el combate de Miguel y de sus ángeles contra el dragón (12, 7). • De San Gabriel –“Fortaleza de Dios”–, se habla también en el libro de Daniel (8, 16; 9, 21) y en las apariciones en el contexto del nacimiento de Jesús y de su precursor (Lc 1, 19; 1,5-22.26-38). • SanRafael –“Medicina de Dios”–, aparece en todo el libro de Tobías como compañero de viaje del joven Tobías y portador de salud al viejo y ciego padre. Hablando de los ángeles nos dice la Carta a los Hebreos: «¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?» (Heb 1, 14).

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