Es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Los vinos inocentes murieron por Cristo; ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti, Señor.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio de Cristo, no de palabra, sino con su sangre, ayúdanos a poner de manifiesto nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con nuestra conducta diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La sangre de Cristo nos purifica de todo pecado.
De la primera carta del apóstol san Juan: 1, 5-2, 2
Queridos hermanos: Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos: Dios es luz y en Él no hay nada de oscuridad.
Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como Él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo secado. Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra. Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque Él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 123
R/. Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, el ejército glorioso de los mártires te aclama. R/.
Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años en la comarca de Belén.
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Rama se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos con amor y, por este sacrificio de salvación, con el que redimes aun a los que no te conocen, purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 14, 4)
Ellos son los rescatados como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero; ellos son el cortejo del Cordero adondequiera que vaya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que en virtud del nacimiento de Cristo otorgaste a los Santos Inocentes el premio de la gloria, concédenos, por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido, participar abundantemente de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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