jueves, 25 de abril de 2013

LECTURAS DEL JUEVES IV DE PASCUA 25 DE ABRIL SAN MARCOS EVANGELISTA



Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Mc 16, 15)

Vayan por todo el mundo, dice el Señor, y proclamen el Evangelio a todos los hombres. Aleluya

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Los saluda mi hijo Marcos.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5-14


Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que Él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes.

Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.

Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.

Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.

Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 88 

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Aleluya.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos". R/.

El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R/.

Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.



ACLAMACIÓN (1 Co 1, 23. 24) 





R/. Aleluya, aleluya.

Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.


Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.

Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20


En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Éstos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte y, por intercesión del evangelista san Marcos, concede a tu Iglesia permanecer siempre fiel a la misión de anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de los Apóstoles.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, que la comunión que hemos recibido, nos santifique y nos dé fortaleza para vivir conforme al Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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