sábado, 15 de junio de 2013

LECTURAS DEL SÁBADO X DEL T. ORDINARIO 15 DE JUNIO


Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. 






MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

ANTÍFONA DE ENTRADA

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios de eterna gloria, Padre santo, que has introducido en el mundo la verdadera alegría, Cristo, tu Hijo, sol de justicia nacido de la Virgen Madre, líbranos del peso del pecado, que entristece y extingue tu Espíritu en nosotros, y recíbenos en la mesa de tu Reino, para saciarnos con el pan que contiene en sí todo deleite. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 14-21


Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado; ya todo es nuevo. 

Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros, para que, unidos a Él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 102 

R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. R/.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R/.



ACLAMACIÓN (Sal 118, 36. 29) 

R/. Aleluya, aleluya.

Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. R/.


Les digo que no juren ni por el cielo ni por la tierra.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde Él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)

Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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