lunes, 30 de julio de 2018

LECTURAS DEL LUNES XVII DEL T. ORDINARIO 30 DE JULIO MEMORIA DE SANTA MARÍA DE JESÚS SACRAMENTADO VENEGAS (VERDE)


El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura.






ANTIFONA DE ENTRADA 

Qué hermosa eres, virgen de Cristo, porque fuiste digna de recibir del Señor la corona de la virginidad perpetua. 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que en la sencilla y humilde santa Maria de Jesús Sacramentado Venegas nos has dado ejemplo admirable de servicio a los enfermos, pobres y ancianos, concédenos, por su intercesión, que, practicando el bien en todas partes, seamos signos de tu amor en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Este pueblo será como este cinturón, que no sirve para nada.

Del libro del profeta Jeremías: 13, 1-11


El Señor me dijo: "Ve a comprar un cinturón de lino y póntelo en la cintura, pero no lo metas en el agua". Compré el cinturón y me lo puse en la cintura, según la orden del Señor.


Entonces el Señor me habló por segunda vez y me dijo: "Toma el cinturón que compraste y que llevas puesto en la cintura, levántate y vete al río Éufrates y escóndelo ahí, en el agujero de una roca". Fui y lo escondí en el Éufrates, como me había ordenado el Señor.

Al cabo de mucho tiempo, me dijo el Señor: "Levántate, vete al Éufrates y recoge el cinturón que te mandé que escondieras ahí". Fui al Éufrates, escarbé y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido; pero el cinturón se había podrido: no servía para nada.

Entonces el Señor me habló y me dijo: "Esto dice el Señor: 'Del mismo modo haré yo que se pudra la gran soberbia de Judá y de Jerusalén. Ese pueblo malvado se ha negado a obedecerme, se porta obstinadamente, ha seguido a otros dioses para servirlos y adorarlos, y será como este cinturón, que ya no sirve para nada. Porque así como el cinturón va adherido al cuerpo, así quise llevar unidas a mí a la casa de Israel y a la casa de Judá, para que fueran mi pueblo, mi fama, mi gloria y mi honor; pero ellos no me escucharon' ". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Deuteronomio 32 

R/. Abandonaron a Dios, que les dio la vida.


Abandonaron a Dios, que los creó, y olvidaron al Señor, que les dio la vida. Lo vio el Señor, y encolerizado, rechazó a sus hijos y a sus hijas. R/.

El Señor pensó: "Me les voy a esconder y voy a ver en qué acaban, porque son una generación depravada, unos hijos infieles. R/.

Ellos me han dado celos con un dios que no es Dios y me han encolerizado con sus ídolos; yo también les voy a dar celos con un pueblo que no es pueblo y los voy a encolerizar con una nación insensata". R/.



ACLAMACIÓN St 1, 18 





R/. Aleluya, aleluya.


Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.


El grano de mostaza se convierte en un arbusto y los pájaros hacen su nido en las ramas.

Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas". Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar". Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al proclamar. Señor, tu obra admirable en la santa virgen María de Jesús Sacramentado Venegas, suplicamos humildemente a tu majestad que, así como te agradaron sus méritos, así también te sea aceptable el desempeño de nuestro servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Cfr. Sal 26, 4 

Lo único que pido al Señor, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por la participación de este divino don, te rogamos, Señor Dios nuestro, que, a ejemplo de santa María de Jesús Sacramentado Venegas y llevando en nuestro cuerpo los padecimientos de Jesús, nos esforcemos por adherirnos sólo a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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