sábado, 4 de agosto de 2018

LECTURAS DEL SÁBADO XVII DEL T. ORDINARIO 4 DE AGOSTO SAN JUAN MARÍA VIANNEY PRESBÍTERO (BLANCO)


"Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".








ANTÍFONA DE ENTRADA cfr Sal 131,9

Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de júbilo.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste admirable a san Juan María Vianney, presbítero, por su celo pastoral, concédenos que, a ejemplo suyo y por su intercesión, ganemos para Cristo, con la caridad, a los hermanos y con ellos podamos alcanzar la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

Es cierto que el Señor me ha enviado a ustedes para predicarles todas estas cosas.

Del libro del profeta Jeremías: 26, 11-16. 24


En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y al pueblo: "Ese hombre, Jeremías, merece la muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes mismos lo han oído".


Pero Jeremías les dijo a los jefes y al pueblo: "El Señor me ha enviado a profetizar todo lo que han oído contra este templo y esta ciudad. Pues bien, corrijan su conducta y sus obras, escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se retractará de la amenaza que ha pronunciado contra ustedes. Por mi parte, yo estoy en manos de ustedes: hagan de mí lo que les parezca justo y conveniente. Pero sépanlo bien: si me matan, ustedes, la ciudad y sus habitantes serán responsables de la muerte de un inocente, porque es cierto que el Señor me ha enviado a ustedes para anunciarles todas estas cosas".

Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Este hombre no merece sentencia de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios". Entonces Ajicam, hijo de Safán, defendió a Jeremías, para que no fuera entregado en manos del pueblo y lo mataran.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.




Del salmo 68


R/. Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.


Sácame de este cieno, no vaya a ser que me hunda; ponme a salvo, Señor, de los que me odian y de estas aguas tan profundas. R/.


No dejes que me arrastre la corriente y que me trague el remolino; no dejes que se cierre sobre mí la boca del abismo. R/.

Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. R/.

Se alegrarán al verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.



ACLAMACIÓN  Mt 5, 10





R/. Aleluya, aleluya.


Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

Herodes mandó degollar a Juan. - Los discípulos de Juan fueron a avisarle a Jesús.

Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 1-12


En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: "Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas".


Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.

Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: "Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel.

Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Juan María Vianney, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Cfr: Lc 12, 42 

Este es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo. 



ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Juan María Vianney, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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