jueves, 18 de julio de 2019

LECTURAS DEL JUEVES XV DEL T. ORDINARIO 18 DE JULIO (VERDE)


Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. 







ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25

Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Mi nombre es "Yo-soy". —"Yo-soy" me envía a ustedes.

Del libro del Éxodo: 3, 13-20


En aquel tiempo, Moisés [después de oír la voz del Señor en medio de la zarza] le dijo: "Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: 'El Dios de sus padres me envía a ustedes'; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?"


Dios le contestó a Moisés: "Mi nombre es Yo-soy"; y añadió: "Esto les dirás a los israelitas: 'Yo-soy me envía a ustedes'. También les dirás: 'El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Éste es mi nombre para siempre. Con este nombre me han de recordar de generación en generación'.

Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: 'Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos, a una tierra que mana leche y miel'. Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al faraón y le dirán: 'El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios'.

Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.




Del salmo 104


R/. El Señor nunca olvida sus promesas.


Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.


Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusieran asechanzas a sus siervos. R/.

Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido, a que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en la tierra de Egipto. R/.



ACLAMACIÓN  Mt 11, 28






R/. Aleluya, aleluya.


Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.

Soy manso y humilde de corazón.

Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera". 


Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá Eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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