viernes, 26 de septiembre de 2025

LECTURAS DEL VIERNES XXV DEL T. ORDINARIO 26 DE SEPTIEMBRE (ROJO)

 

Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". 



MR pp. 799 y 878 [829 y 917] / Lecc. II p. 831

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ahora gozan en el cielo las almas de los santos, que siguieron en la tierra las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre por él, con Cristo se gozan eternamente.

ORACIÓN COLECTA

Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus santos mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la gloria eterna y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Dentro de poco tiempo llenaré de gloria este templo.

Del libro del profeta Ageo: 1, 15-2, 9

El día veintiuno del séptimo mes del año segundo del reinado de Darío, la palabra del Señor vino, por medio del profeta Ageo, y dijo: "Diles a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo: `¿Queda alguien entre ustedes que haya visto este templo en el esplendor que antes tenía? ¿Y qué es lo que ven ahora? ¿Acaso no es muy poca cosa a sus ojos?

Pues bien, ¡ánimo!, Zorobabel; ¡ánimo!, Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote; ¡ánimo!, pueblo entero. ¡Manos a la obra!, porque yo estoy con ustedes, dice el Señor de los ejércitos. Conforme a la alianza que hice con ustedes, cuando salieron de Egipto, mi espíritu estará con ustedes. No teman'. Esto dice el Señor de los ejércitos: `Dentro de poco tiempo conmoveré el cielo y la tierra, el mar y los continentes. Conmoveré a todos los pueblos para que vengan a traerme las riquezas de todas las naciones y llenaré de gloria este templo. Mía es la plata y mío es el oro. La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero, y en este sitio daré yo la paz', dice el Señor de los ejércitos". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 42 

R/. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Defiéndeme, Señor, hazme justicia contra un pueblo malvado; del hombre tramposo y traicionero ponme a salvo. R/.

Si tú eres de verdad mi Dios-refugio, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué tengo que andar tan afligido, viendo cómo me oprime el adversario? R/.

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R/.

Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara. R/.

ACLAMACIÓN Cfr. Mc 10, 45 




R/. Aleluya, aleluya.


El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de todos. R/.

Tú eres el Mesías de Dios. - Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 18-22

Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado".

Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". Él les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie.

Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al conmemorar la muerte dichosa de tus justos, te ofrecemos, Señor, aquel mismo sacrificio en el que tuvo su origen todo martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 22, 28-30

Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les voy a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Conserva tus dones, Señor, en nosotros, y haz que lo que de tu bondad recibimos en la conmemoración de los santos mártires Cosme y Damián, sea para nosotros fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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