Yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Si 44, 15. 14)
Los pueblos proclamen la sabiduría de los santos, la Iglesia cante sus alabanzas; sus nombres vivirán por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, al celebrar la festividad del obispo san Buenaventura, te pedimos que nos concedas aprovechar su admirable doctrina e imitar siempre su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Si ustedes no creen en mí, irán a la ruina.
Del libro del profeta Isaías: 7, 1-9
Cuando Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasón rey de Siria, y Pécaj, hijo de Remalías y rey de Israel, fueron a Jerusalén para atacarla, pero no lograron conquistarla.
Cuando al heredero de David le llegó la noticia de que los sirios acampaban en Efraín, se estremeció su corazón y el del pueblo, como se estremecen los árboles del bosque, agitados por el viento.
Entonces el Señor le dijo a Isaías: "Sal al encuentro de Ajaz con tu hijo Sear Yasub, donde termina el canal de la alberca superior, junto a la calzada del batanero, y dile: `Manténte alerta, pero tranquilo. No le tengas miedo a ese par de tizones humeantes; no te acobardes ante la cólera de Rasón, rey de Siria, y de Pécaj, rey de Israel. No importa que tramen tu ruina, diciendo: Ataquemos a Judá, sitiémosla, conquistémosla y nombremos rey de ella al hijo de Tabel' ".
Esto dice el Señor: "Eso no llegará a suceder. Damasco es la capital de Siria y Rasón es el rey de Damasco; Samaria es la capital de Efraín y el hijo de Remalías es el rey de Samaria. Pues bien, dentro de sesenta y cinco años Efraín será destruido y dejará de ser pueblo. Y si ustedes no creen en mí, también irán a la ruina".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 47
R/. Dios es nuestro defensor.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra. R/.
El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable. R/.
Los reyes se aliaron para atacarla juntos; pero al verla, quedaron aterrados y huyeron despavoridos. R/.
Allí los invadió el pánico y dolores como de parto; como un viento del desierto, que destroza las naves de Tarsis. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Sal 94, 8)
R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse convertido. Les decía:
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizás estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó a san Buenaventura para propagar tu gloria sin descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Co 1, 23-24)
Nosotros predicamos a Cristo crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalecidos, Señor, con el alimento celestial, te suplicamos humildemente que, siguiendo las enseñanzas de san Buenaventura, perseveremos siempre en acción de gracias por los dones recibidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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