Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jer 31, 10; Is 35, 4)
Escuchen,
pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra:
He aquí que vendrá nuestro Salvador, ya no tengan miedo.
ORACIÓN
COLECTA
Ayúdanos,
Señor Dios nuestro, a esperar ardorosamente la venida de tu Hijo Jesucristo,
para que cuando llegue y llame, nos encuentre esperándolo en la oración y
alegrándonos en su alabanza.Él, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor reúne a todos los
pueblos en la paz eterna de su reino.
Del libro del profeta
Isaías: 2, 1-5
Visión
de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén: En días futuros, el monte
de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre
las montañas, y hacia él confluirán todas las naciones.
Acudirán
pueblos numerosos, que dirán: “Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa
del Dios de Jacob, para que él nos instruya en sus caminos y podamos marchar
por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del
Señor”.
Él
será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos. De las espadas
forjarán arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzará la espada pueblo
contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.
¡Casa
de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios.
Te
alabamos Señor.
Del salmo 121
R/. Vayamos con alegría al
encuentro del Señor.
¡Qué
alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos
aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus
del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del
Señor. En ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Digan
de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya
paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa”. R/.
Por
el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté contigo”. Y por la
casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 79, 4
R/. Aleluya, aleluya.
Señor
y Dios nuestro, ven a salvarnos; míranos con bondad y estaremos a salvo. R/.
Muchos
vendrán de oriente y occidente al Reino de los cielos.
Del santo
Evangelio según san Mateo: 8, 5-11
En
aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le
dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre
mucho”. Él le contestó: “Voy a curarlo”.
Pero
el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con
que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va;
al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”.
Al
oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: “Yo les
aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que
muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y
Jacob en el Reino de los cielos”.
Palabra del Señor.
Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que nos has
dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de nuestra
devoción, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o III de Adviento.
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN (Sal 105, 4-5; Is
38, 3)
Ven,
Señor, a visitarnos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo
corazón.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado,
mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos
inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro
apoyo en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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