Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Misa para pedir castidad, (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal Romano,
p. 1151 [II43]); en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de santa María Goretti o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE ENTRADA M t 1 3, 33
El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer
y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.
ORACIÓN COLECTA
Inflama, benigno, Señor, nuestros corazones con el fuego celestial del Espíritu Santo, para que con un cuerpo casto te sirvamos y con un corazón limpio te agrademos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis: 22, 1-19
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo:
“¡Abraham, Abraham!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré”.
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de
sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: “Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos”.
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo
Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: “¡Padre!”. Él respondió: “¿Qué quieres, hijo?”. El muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?”. Abraham le contestó: “Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham, Abraham!”. Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”. Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio “el Señor provee”, por lo que aun el día de hoy se dice: “El monte donde el Señor provee”.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y
le dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras”.
Abraham volvió a donde estaban sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Y Abraham se quedó a vivir ahí.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 114
Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria, porque me prestó atención cuando mi voz lo llamaba. R.
Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban. Entonces rogué al Señor que la vida me salvara. R.
El Señor es bueno y justo, nuestro Dios es compasivo. A mí, débil, me salvó y protege a los sencillos. R.
Mi alma libró de la muerte, del llanto los ojos míos y ha evitado que mis pies tropiecen por el camino. Caminaré ante el Señor por la tierra de los vivos. R.
ACLAMACIÓN 2 Cor 5, 19
R. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R.
La gente glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 1-8
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad.
En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados”.
Al oír esto, algunos escribas pensaron: “Este hombre está blasfemando”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo:“¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir
‘Se te perdonan tus pecados’, o decir ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, –le dijo entonces al paralítico–: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó
de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los
hombres.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestros dones para que aquellos que te
dignaste salvar por tu gracia, ayudados por tu indulgencia, podamos, con
plena libertad y alma pura, ofrecer en tu honor la ofrenda de alabanza. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 8
La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así
como discípulos míos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que el sacramento que acabamos de recibir renueve nuestro corazón y nuestro cuerpo con el vigor de la pureza y la frescura de la castidad,
para que podamos recibir en un alma pura lo que hemos tomado con nuestra boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O BIEN:
Santa María Goretti, virgen y mártir (mí), rojo (MR, p. 782 [770]).
Cuando tenía apenas 12 años, se opuso a las propuestas deshonestas de un joven
vecino. El muchacho la hirió gravemente. María murió al día siguiente, después
de perdonar a su asesino, “por amor a Jesús” (1902).
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que eres la fuente de la inocencia y amas la castidad, y has
dado a tu sierva María Goretti la gracia del martirio en plena adolescencia,
concédenos, por su intercesión, que así como ella recibió la corona en
el combate por su virginidad, seamos constantes para cumplir tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de
santa María Goretti, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato
el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada María
Goretti por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos,
por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal,
consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor
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