jueves, 21 de julio de 2011

LECTURAS DEL JUEVES XVI DEL T. ORDINARIO 21 DE JULIO

EL INDESCIFRABLE MISTERIO DIVINO





Ex 19, 1-2. 9-11. 16-20; Mt 13, 10-17


La naturaleza queda sacudida ante la imponente manifestación divina. El relato de la teofanía plasma una certeza: la realidad mundana no puede soportar la grandiosidad de Dios. El totalmente otro, el trascendente, no puede ser visto como miramos cualquier objeto. Israel percibe las señales fulgurantes del relámpago y deletrea con dificultad la misteriosa e impenetrable presencia de Dios. El Señor Jesús continúa hablando en parábolas y ratifica lo dicho anteriormente. De la grandeza del reino solamente se puede hablar a través de comparaciones. Las parábolas no pueden ser descifradas por los curiosos, hace falta estar en sintonía con la persona de Jesús para entrever su misterio.


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)


Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.


ORACIÓN COLECTA


Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


El Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.


Del libro del Éxodo: 19, 1-2. 9-11. 16-20


Aquel día, a los tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que habían partido de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente al monte. Entonces el Señor le dijo a Moisés:



"Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y tenga siempre fe en ti".


Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había dicho. Y el Señor le dijo:


"Vuelve a donde está el pueblo y ordénales que se purifiquen hoy y mañana; que laven su ropa y estén preparados para pasado mañana, pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo".


Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una densa nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de trompetas. Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés hizo salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un horno y todo el monte retemblaba con violencia. El sonido de las trompetas se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba y Dios le respondía con truenos. El Señor bajó a la cumbre del monte y le dijo a Moisés que subiera.


 Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.




Daniel 3 

R/. Bendito seas, Señor, santo y glorioso.



Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.




ACLAMACIÓN (cfr. Mt 11, 25)

 R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.


A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.



Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 10-17



En aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: "¿Porqué les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.



En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice:
Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.


Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron". 

Palabra del Señor.


 Gloria a ti, Señor Jesús.



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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