Nuestra Señora del Carmen
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo III: p. 1150. Para los fieles: p. 722. Edición popular: pp. 289 y 472.Memoria (Blanco)
REAVIVANDO LA ESPERANZA
Ex 12, 37-42; Mt 12, 14-21
El relato, ciertamente salpicado de cifras sorprendentes, conserva el recuerdo de una escapatoria o una huída que marcó el parteaguas en la vida de aquella generación. El Señor velaba por su pueblo, sus escuadrones se habían llenado de coraje y confianza las alforjas y en el nombre del Señor cruzarían el mar para buscar la libertad. De esa memoria se iría nutriendo la esperanza de Israel. Un profeta fortalecería la esperanza de los israelitas desterrados presentando la figura de un Siervo que no descansaría hasta implantar la justicia. De esa esperanza se apropió el Señor Jesús cuando se decidió a vivir como el Hijo predilecto del Dios que, reanimaría la esperanza de la gente desalentada de Galilea.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Padre todopoderoso, te suplicamos que la santísima Virgen María nos proteja siempre con su maternal intercesión y nos ayude a conocer y a amar a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Esa noche veló el Señor para sacarlos de la tierra de Egipto.
Del libro del Éxodo: 12, 37-42
En aquellos días, los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos mil hombres, sin contar a los niños. Salió también con ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas, vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron piezas de pan ázimo, no fermentado; pues los egipcios, al arrojarlos del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar provisiones para el camino. Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor. Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto. Por eso, esta noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos de Israel, de generación en generación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 135
R/. Demos gracias al Señor, porque Él es bueno.
Demos gracias al Señor, porque Él es bueno; Él se acordó de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos. R/.
Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó a Israel de aquel país con mano poderosa, con brazo extendido. R/.
Demos gracias al que en dos partió el mar Rojo, condujo a Israel entre las aguas y arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército. R/.
ACLAMACIÓN (2 Co 5, 19)
R/. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.
Les mandó que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con Él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y Él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta festividad de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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