jueves, 16 de junio de 2016

LECTURAS DEL JUEVES XI DEL T. ORDINARIO 16 DE JUNIO (VERDE)


Ustedes pues, oren así: Padre nuestro, que estás en el cielo...






ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

A quienes veneramos el santísimo nombre de Jesús, concede, Señor, en tu bondad, que, disfrutando en esta vida de su dulzura, nos llenemos de gozo en la patria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Cuando Elías fue envuelto por el torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 48, 1-15


En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. El hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto.

¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú resucitaste del sepulcro a un muerto, lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo. Tú llevaste la ruina a los reyes y la muerte a los príncipes en su lecho. Tú escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí y sus palabras de castigo en el Horeb. Tú ungiste a reyes vengadores y nombraste como sucesor tuyo a un profeta.

En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y congregar a las tribus de Israel. Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos, cuando vuelvas.

Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu. Ningún príncipe lo intimidó, nadie lo pudo dominar. Ninguna cosa le era imposible y aun estando en el sepulcro, resucitó a un muerto. En vida hizo prodigios y después de muerto, obras admirables.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 96


R/. Que se alegren los justos con el Señor.


Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho. R/.

Un fuego que devora a sus contrarios a nuestro Dios precede; deslumbran sus relámpagos el orbe y viéndolos, la tierra se estremece. R/.

Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.

Los que adoran estatuas que se llenen de pena y se sonrojen, lo mismo el que se jacta de sus ídolos. Que caigan ante Dios todos los dioses. R/.



ACLAMACIÓN  Rm 8, 15








R/. Aleluya, aleluya.


Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! R/.

Ustedes oren así.

Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 7-15


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dígnate, Padre todopoderoso, aceptar nuestros dones en el nombre de Jesús, en el cual confiamos firmemente que obtendremos cuanto pidamos, conforme a la promesa bondadosa hecha por tu mismo Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hch 4, 12

No hay otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, por tu misericordia, que en estos sagrados misterios honremos con digno homenaje al Señor Jesús, ante cuyo nombre quisiste que toda rodilla se doble y por el que todos los hombres encuentren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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