jueves, 1 de diciembre de 2016

LECTURAS DEL JUEVES I DE ADVIENTO 1 DE DICIEMBRE (MORADO)


Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos.






ANTÍFONA DE ENTRADA

Que se reúna, Señor, tu Iglesia, para consolidar tu Reino, porque tuyo es el poder y la gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que, por el anuncio del ángel, quisiste que tu Verbo se encarnara en el seno purísimo de la Virgen María, concede a tu pueblo que, al venerarla bajo la advocación de Guadalupe, espere, con su misma ternura, la venida de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA


El pueblo justo se mantiene fiel al Señor.

Del libro del profeta Isaías: 26, 1-6


Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: "Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para salvarla, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel, el de ánimo firme para conservarla paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es nuestra fortaleza para siempre; porque él doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres".


Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.




Del salmo 117

R/. Bendito el que viene en el nombre del Señor.



Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R/.

Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Ésta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. R/.

Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R/.



ACLAMACIÓN Is 55, 6






R/. Aleluya, aleluya.


Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca. R/.

El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en el Reino de los cielos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21. 24-27


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.


El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios y Padre nuestro, santifica estas ofrendas por el Espíritu que fecundó el seno de la Virgen María para que por su medio recibamos el fruto bendito de su vientre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque al llegar la plenitud de los tiempos la Virgen María, Madre del Verbo, entonó llena de gozo el cántico de tu alabanza y quiso después testimoniarnos su amor materno en la colina del Tepeyac, invitándonos a acudir a su protección y amparo invocándola  como santa María de Guadalupe.

Ella, como buena madre, nos ha enseñado también a cantar la gloria de tu nombre por todo el bien que, por su intercesión, has hecho a este pueblo tuyo.

A ella nos unimos en su alabanza y proclamamos la grandeza de tu amor unidos a los ángeles y a los santos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sof 3, 14; Ag 2, 8

Alégrate y gózate de todo corazón, Hija de Jerusalén; viene el deseado de todos los pueblos, y se llenará de gloria la casa del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre celestial, que nos has revelado el designio de salvación al querer que la Virgen María fuera Madre de tu Unigénito, concédenos, por la encarnación de tu Hijo, a quien hemos recibido en alimento, aguardar anhelantes su segunda venida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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