domingo, 5 de noviembre de 2017

LECTURAS DEL DOMINGO XXXI DEL T. ORDINARIO 5 DE NOVIEMBRE (VERDE)


Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra.







ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 37. 22-23

No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, a cuya gracia se debe el que tus fieles puedan servirte digna y laudablemente, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos tienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes se apartaron del camino y han hecho tropezar a muchos.

Del libro del profeta Malaquías: 1,14-2, 2.8-10


"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones. Ahora les voy a dar a ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición".

Esto dice el Señor de los ejércitos: "Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví. Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad".

¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos, profanando así la alianza de nuestros padres? 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 130

R/. Señor, conservarme en tu paz.


Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo. R/.

Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño recién amamantado en los brazos maternos. R/.

Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre. R/.


Queríamos entregarles no sólo el Evangelio de Dios, sino nuestra propia vida.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 7-9.13


Hermanos: Cuando estuvimos entre ustedes, los tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles, no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida, porque han llegado a sernos sumamente queridos.

Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche, a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.

Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN  Cfr. Mt 23, 9. 10








R/. Aleluya, aleluya.


Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12


En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.

Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Con actitud humilde y confiada, "como un niño es brazos de su madre" como rezábamos en el salmo, presentemos ahora nuestras intenciones a Dios. Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.


Por los pastores de la Iglesia. Que hagan de su ministerio un auténtico servicio, humilde y entregado, para guiar al pueblo de Dios por los caminos del Evangelio. Oremos.

Por todos los bautizados. Que vivamos nuestra fe con autenticidad y realmente nuestra vida se corresponda con la Palabra de Jesús. Oremos.

Por la paz en el mundo. Que las relaciones entre las personas y entre los países se basen en la justicia, el diálogo y el respeto. Oremos.

Por los pobres, los enfermos, los que viven en el dolor y la tristeza. Que encuentren en nosotros ayuda y reciban la fuerza de Dios para superar su situación. Oremos.

Por todos nosotros, reunidos para celebrar la Eucaristía. Que esta celebración nos ayude a dar un buen testimonio de Jesucristo. Oremos. 

Escucha, Padre, nuestras oraciones y concédenos lo que te hemos pedido con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 15, 11

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder y que, alimentados con estos sacramentos celestiales, tu favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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