lunes, 18 de junio de 2018

LECTURAS DEL LUNES XI DEL T, ORDINARIO 18 DE JUNIO (VERDE)


Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda.






ANTIFONA DE ENTRADA. Hech 12, 5 

Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él. 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inescrutable providencia quieres asociar a tu Iglesia a la pasión de tu Hijo, concede a tus fieles que son perseguidos a causa de tu nombre, el espíritu de paciencia y caridad, para que sean hallados testigos fieles y veraces de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Apedrearon a Nabot hasta que murió.

Del primer libro de los Reyes: 21, 1-16


Nabot de Yezrael tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot: "Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te pago con dinero". Nabot le respondió a Ajab: "Dios me libre de darte la herencia de mis padres".


Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho: "No te daré la herencia de mis padres". Se acostó en su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: "¿Por qué estás de mal humor y no quieres comer?" Él respondió: "Es que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él me respondió que no me daría su viña". Su esposa Jezabel, le dijo: "¿No que tú eres el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot".

Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: "Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: 'Ha maldecido a Dios y al rey'. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que muera".

Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había muerto apedreado.

Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab: "Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto". Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 5 

R/. Señor, atiende a mis gemidos.


Señor, oye mi voz, atiende a mis gemidos, haz caso de mis súplicas, rey y Dios mío. R/.

Pues tú no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado es tu huésped ni ante ti puede estar el arrogante. R/.

Al malhechor detestas y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al hombre sanguinario y a quien es traicionero. R/.



ACLAMACIÓN Sal 118, 105 






R/. Aleluya, aleluya. 


Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.


Yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-42


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente. Pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda".


Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestras humildes oraciones y ofrendas, y concede a cuantos padecen persecución de los hombres, por servirte fielmente, que se alegren de estar asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y sepan que sus nombres están escritos en el cielo, entre aquellos que están elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN. Mt 10, 32

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la fuerza de este sacramento, Señor, fortalece en la verdad a tus siervos y concede a aquellos fieles que se hallan en la tribulación que, cargando su cruz detrás de tu Hijo, puedan, en medio de las adversidades, gloriarse sin cesar del nombre de cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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