martes, 2 de octubre de 2018

LECTURAS DEL MARTES XXVI DEL T. ORDINARIO 2 DE OCTUBRE LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS. (BLANCO)


Yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Dn 3, 58



Ángeles del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo eternamente.

ORACIÓN COLECTA


Dios nuestro, que en tu admirable providencia envías a tus santos ángeles para custodiarnos, concédenos contar siempre con su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.



LITURGIA DE LA PALABRA


¿Para qué dar la luz de la vida a un miserable?

Del libro de Job: 3, 1-3. 11. 16. 12-15. 17. 20-23


Job abrió sus labios y maldijo el día de su nacimiento, diciendo: "¡Maldito el día en que nací, la noche en que se dijo: 'Ha sido concebido un varón'! ¿Por qué no morí en el seno de mi madre? ¿Por qué no perecí al salir de sus entrañas o no fui como un aborto que se entierra, una criatura que no llegó a ver la luz? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me amamantaron?

Ahora dormiría tranquilo y descansaría en paz, con los reyes de la tierra, que se construyen mausoleos, o con los nobles, que amontonan oro y plata en sus palacios. Allí ya no perturban los malvados y forzosamente reposan los inquietos.

¿Para qué dieron la luz de la vida a un miserable, aquel que la pasa en amargura; al que ansía la muerte, que no llega, y la busca como un tesoro escondido; al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir la sepultura; al hombre que no encuentra su camino, porque Dios le ha cerrado las salidas?" 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 87 

R/. Señor, presta oído a mi clamor.

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor. R/.

Porque mi alma está llena de desdichas y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan entre los que bajan a la tumba, soy como un inválido. R/.

Tengo ya mi lugar entre los muertos, igual que los cadáveres que yacen en las tumbas, de los cuales, Señor, ya no te acuerdas, porque fueron arrancados de tu mano. R/.

Me has colocado en el fondo de la tumba, en las tinieblas del abismo. Tu cólera pesa sobre mí, y estrellas contra mí todas tus olas. R/.




ACLAMACIÓN  Sal 102, 21





R/. Aleluya, aleluya.

Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.

Sus ángeles en el cielo ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.

Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 1-5. 10

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le pre­guntaron: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?”.

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo”. Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos en honor de tus santos ángeles y concede, benigno, que, por su continua protección, nos veamos libres de los peligros presentes y lleguemos felizmente a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todo poderoso y eterno.

Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélica, lo es inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo, Señor nuestro.

Por él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 137, 1

Te cantaré, Señor, delante de tus ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes te dignas alimentar para la vida eterna con tan gran sacramento, guíanos, Señor, por el camino de la salvación y la paz, bajo la custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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