martes, 18 de febrero de 2020

LECTURAS DEL MARTES VI DEL TIEMPO ORDINARIO 18 DE FEBRERO (VERDE)


¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender?






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 73, 20. 19. 22. 23

Acuérdate, Señor de tu alianza y no abandones sin remedio la vida de tus pobres. Levántate, señor, defiende tu causa y no olvides los ruegos de aquellos que te imploran.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inescrutable providencia quieres asociar a tu Iglesia a la pasión de tu Hijo, concede a tus fieles que son perseguidos a causa de tu nombre, el espíritu de paciencia y caridad, para que sean hallados testigos fieles y veraces de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

Dios no le pone tentaciones a nadie.

De la carta del apóstol Santiago: 1, 12-18

Hermanos: Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman.


Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone Él mismo a nadie en tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.

No se equivoquen, queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 93 

R/. Señor, dichoso aquel a quien tú educas.


Señor, dichoso aquel a quien tú educas y enseñas a cumplir tus mandamientos; cuando lleguen las horas de desgracia, no perderá el sosiego. R/.

Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al hombre honrado. R/.

Cuando me hallaba al borde del sepulcro, tu amor, Señor, me conservó la vida; cuando se multiplican mis problemas, en tus consuelos hallo mi delicia. R/.



ACLAMACIÓN Jn 14, 23 







R/. Aleluya, aleluya.



El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.



Cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes.

Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 14-21

En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: "Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes". Entonces ellos comentaban entre sí: "Es que no tenemos panes".


Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: "¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?". Ellos le contestaron: "Doce". Y añadió: "¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?". Le respondieron: "Siete". Entonces Él dijo: "¿Y todavía no acaban de comprender?". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestras humildes oraciones y ofrendas, y concede a cuantos padecen persecución de los hombres, por servirte fielmente, que se alegren de estar asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y sepan que sus nombres están escritos en el cielo, entre aquellos que están elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 11-12

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía, dice el Señor. Alégrense y salten de contento porque su premio será grande en los cielos.

O bien: Mt 10, 32

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la fuerza de este sacramento, Señor, fortalece en la verdad a tus siervos y concede a aquellos fieles que se hallan en la tribulación que, cargando su cruz detrás de tu Hijo, puedan, en medio de las adversidades, gloriarse sin cesar del nombre de cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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