¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
Domingo IV de Adviento Feria Mayor de Adviento, "O Rex gentium" * "¡Oh rey de las naciones!" MR, p. 141 (165) / Lecc. I, p. 246
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8
Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te pedirnos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De ti saldrá el jefe de Israel.
Esto dice el Señor: "De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel, cuyos orígenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará a Israel, mientras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel. Él se levantará para pastorear a su pueblo con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será la paz".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 79
R/. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate; despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tú viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad.
De la carta a los hebreos: 10, 5-10
Hermanos: Al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se refiere la Escritura—: "Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad". Comienza por decir: "No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado" —siendo así que eso es lo que pedía la ley—; y luego añade: "Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad".
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Lc 1 , 38
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. R/.
¿Quién soy para que la madre de mi Señor venga a verme?
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.
Para que todos los cristianos reafirmemos nuestra adhesión a Jesús que nace entre nosotros. Oremos.
Para que los gobernantes de todos los países busquen sinceramente la paz y la concordia entre todos los pueblos de la tierra. Oremos.
Para que los niños y jóvenes, que en estos días han iniciado sus vacaciones, vivan el sentido verdadero de la Navidad. Oremos.
Para que quienes llegan a estas fiestas marcados por la pobreza y las dificultades de la crisis económica, encuentren las ayudas que necesitan para poder seguir adelante. Oremos.
Para que todos nosotros encontremos en estos días momentos de silencio y de oración, y vivamos de verdad en nuestros corazones la venida del Hijo de Dios. Oremos.
Escúchanos, Señor Jesús, y ven a salvamos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Para que quienes llegan a estas fiestas marcados por la pobreza y las dificultades de la crisis económica, encuentren las ayudas que necesitan para poder seguir adelante. Oremos.
Para que todos nosotros encontremos en estos días momentos de silencio y de oración, y vivamos de verdad en nuestros corazones la venida del Hijo de Dios. Oremos.
Escúchanos, Señor Jesús, y ven a salvamos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II o IV de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Puede utilizarse la bendición solemne.
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