He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!
SAN MAXIMILIANO KOLBE SACERDOTE Y MÁRTIR
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-11
Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Tomaron a Jeremías y lo echaron en un pozo.
Del libro del profeta Jeremías: 38, 4-6. 8-10
Durante el sitio de Jerusalén, los jefes que tenían prisionero a Jeremías dijeron al rey: "Hay que matar a este hombre, porque las cosas que dice desmoralizan a los guerreros que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo. Es evidente que no busca el bienestar del pueblo, sino su perdición".
Respondió el rey Sedecías: "Lo tienen ya en sus manos y el rey no puede nada contra ustedes". Entonces ellos tomaron a Jeremías y, descolgándolo con cuerdas, lo echaron en el pozo del príncipe Melquías, situado en el patio de la prisión. En el pozo no había agua, sino lodo, y Jeremías quedó hundido en el lodo. Ebed-Mélek, el etíope, oficial de palacio, fue a ver al rey y le dijo: "Señor, está mal hecho lo que estos hombres hicieron con Jeremías, arrojándolo al pozo, donde va a morir de hambre". Entonces el rey ordenó a Ebed-Mélek: "Toma treinta hombres contigo y saca del pozo a Jeremías, antes de que muera".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 39
R/. Señor, date prisa en ayudarme.
Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. R/.
Del charco cenagoso y la fosa mortal me puso a salvo; puso firmes mis pies sobre la roca y aseguró mis pasos. R/.
Él me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos se conmovieron al ver estoy confiaron también en el Señor. R/.
A mí, tu siervo, pobre y desdichado, no me dejes, Señor, en el olvido. Tú eres quien me ayuda y quien me salva; no te tardes, Dios mío. R/.
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
De la carta a los hebreos: 12, 1-4
Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. Él, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo, porque todavía no han llegado a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
No he venido a traer la paz, sino la división.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Jesucristo, presentemos nuestras plegarias al Padre, por la Iglesia y por toda la humanidad.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
Roguemos al Señor por toda la Iglesia; por todos los que, en el mundo entero, creemos en Jesucristo y queremos amarlo y seguirlo. Oremos.
Roguemos al Señor por quienes no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo, a fin de que no se vean privados nunca del gozo del Señor. Oremos.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen. Oremos.
Roguemos por los niños y jóvenes que terminan sus vacaciones, para que vuelvan a la vida cotidiana con ánimo de aprovechar en los estudios. Oremos.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe, nos ayude a conocer cada vez más el Evangelio, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. Oremos.
Roguemos al Señor por quienes no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo, a fin de que no se vean privados nunca del gozo del Señor. Oremos.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen. Oremos.
Roguemos por los niños y jóvenes que terminan sus vacaciones, para que vuelvan a la vida cotidiana con ánimo de aprovechar en los estudios. Oremos.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe, nos ayude a conocer cada vez más el Evangelio, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y danos tu Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7
Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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