viernes, 21 de octubre de 2011

LECTURAS DEL SÁBADO XXIX DEL T. ORDINARIO 22 DE OCTUBRE BEATO JUAN PABLO II


El Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes.


BEATO JUAN PABLO II


ANTÍFONA DE ENTRADA

El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, rico en misericordia, que has querido que el beato Juan Pablo II, Papa, guiara a toda tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

El Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes.


De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 1-11


Hermanos: Ya no hay condenación que valga contra los que están unidos a Cristo Jesús, porque ellos ya no viven conforme al desorden egoísta del hombre. Pues, si estamos unidos a Cristo Jesús, la ley del Espíritu vivificador nos ha librado del pecado y de la muerte. En efecto, lo que bajo el régimen de la ley de Moisés era imposible por el desorden y egoísmo del hombre, Dios lo ha hecho posible, cuando envió a su propio Hijo, que se hizo hombre y tomó una condición humana semejante a la nuestra, que es pecadora, y para purificamos de todo pecado, condenó a muerte al pecado en la humanidad de su Hijo. De este modo, la salvación prometida por la ley se realiza cumplidamente en nosotros, puesto que ya no vivimos conforme al desorden y egoísmo humanos, sino conforme al Espíritu.


Ciertamente, los hombres que llevan una vida desordenada y egoísta piensan y actúan conforme a ella; pero los que viven de acuerdo con el Espíritu, piensan y actúan conforme a éste. Las aspiraciones desordenadas y egoístas conducen a la muerte; las aspiraciones conformes al Espíritu conducen a la vida y a la paz. El desorden egoísta del hombre es enemigo de Dios: no se somete, ni puede someterse a la voluntad de Dios. Por eso, los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino una vida conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes.

Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. En cambio, si Cristo vive en ustedes, aunque su cuerpo siga sujeto a la muerte, a causa del pecado, su espíritu vive a causa de la actividad salvadora de Dios.

Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes.

 Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.



Del salmo 23

 R/. Haz, Señor, que te busquemos.


Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues Él lo edificó sobre los mares, Él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.



ACLAMACIÓN (Ez 33, 11)




R/. Aleluya, aleluya.


No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor. R/.







Si no se convierten, perecerán de manera semejante.



Del santo Evangelio según san Lucas: 13, 1-9


En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante".


Entonces les dijo esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?'. El viñador le contestó: 'Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré'".

 Palabra del Señor.

 Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos, Señor, estas ofrendas en honor de tus santos, seguros de que su protección nos librará de todos los males presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Jn 10, 11)

El Buen Pastor da la vida por sus ovejas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, que la recepción de este sacramento avive en nosotros el mismo amor que impulsó al beato Juan Pablo a entregarse por completo al servicio de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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