"Nadie podrá quitarles su alegría."
Hch 18, 9-18; Jn 16, 20-23
Tanto el relato de los Hechos como el cuarto evangelio nos plantean temáticas semejantes. Las opciones trascendentes que tomaron Jesús, San Pablo y los cristianos de Corinto generaron tanto consecuencias desfavorables como positivas. Jesús decidió entregarse por entero a la misión que su Padre le confió, aún sabiendo que la cerrazón de los dirigentes judíos, terminaría por quitarlo de en medio. Le angustiaba morir, pero comprendió que la fidelidad de Dios respondería su entrega y de esa manera se sobrepuso a la prueba. Pablo y los corintios reciben la invitación a continuar testimoniando el nombre de Jesús, en medio de presiones y ataques, para facilitar la conversión de numerosas personas en aquella ciudad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Mt 25, 34)
Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del Reino, preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has querido que la sangre de los mártires sea semilla de nuevos cristianos, haz que el ejemplo de san Carlos y de sus compañeros y su lealtad a Cristo frente a las torturas, atraigan a los pueblos africanos a vivir la fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 18, 9-18
En aquellos días, Pablo tuvo una visión nocturna en Corinto, en la que le dijo el Señor: "No tengas miedo. Habla y no calles, porque yo estoy contigo y nadie pondrá la mano sobre ti para perjudicarte. Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo". Por eso Pablo se quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios.
Pero cuando Galión era procónsul de Acaya, los judíos, de común acuerdo, se abalanzaron contra Pablo y lo llevaron hasta el tribunal, donde dijeron: "Este hombre trata de convencer a la gente de que den a Dios un culto contrario a la ley". Iba Pablo a tomar la palabra para responder, cuando Galión dijo a los judíos: "Si se tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía, como es razón; pero si la disputa es acerca de palabras o de nombres o de su ley, arréglense ustedes". Y los echó del tribunal. Entonces se apoderaron de Sóstenes, jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante del tribunal, sin que Galión se preocupara en lo más mínimo.
Pablo se quedó en Corinto todavía algún tiempo. Después se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria, con Priscila y Aquila. En Céncreas se rapó la cabeza para cumplir una promesa que había hecho.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 46
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos, que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegimos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto. R/.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.
ACLAMACIÓN (cfr. Lc 24, 46. 26)
R/ Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria. R/.
Nadie podrá quitarles su alegría.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte, Señor, nuestras ofrendas, te suplicamos humildemente que nos concedas celebrar esta Eucaristía con la misma entrega que llevó a los jóvenes mártires de África a morir antes que ofenderte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 2, 7)
Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que esta Eucaristía que dio fortaleza a tus mártires para soportar los tormentos, nos ayude, en medio de las dificultades, a permanecer firmes en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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