Sácate primero la viga que tienes en el ojo.
Abrahán (Abram) no puso en entredicho las promesas divinas. No se juzgó capaz de reclamarle mayores evidencias al Dios de sus padres. Se confió sin dudarlo y emprendió la ruta hacia lo desconocido. Su esperanza pronto se vería colmada. El exhorto del primer evangelio nos alerta a mantener la boca cerrada antes de emitir juicios apresurados contra nuestros hermanos. En todo caso, quien se considere habilitado para ocuparse de valorar el comportamiento de los demás, tendría que ejercer primero una autocrítica honesta y severa de sus propios fallos. O como dijera el proverbio oriental: el sabio tiene un oído grande y una boca chica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 27, 8-9)
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Abraham partió de ahí, como se lo había ordenado el Señor.
Del libro del Génesis: 12, 1-9
En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra".
Abram partió, como se lo había ordenado el Señor, y con él partió también Lot. Tenía Abram setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Abram llevó consigo a Saray, su esposa, y a Lot, su sobrino, con todos los bienes que habían acumulado y los esclavos que habían adquirido en Jarán, y salieron en dirección a Canaán.
Llegaron a Canaán y Abram atravesó el país hasta la región de Siquem y llegó a la encina de Moré. Por entonces habitaban ahí los cananeos. El Señor se le apareció a Abram y le dijo: "A tu descendencia le voy a dar esta tierra". Entonces Abram edificó ahí un altar al Señor, que se le había aparecido. De ahí pasó a las montañas, al oriente de Betel, y plantó su tienda entre las ciudades de Betel, al poniente, y de Ay, al oriente. También ahí le construyó un altar al Señor e invocó su nombre. Luego se fue trasladando por etapas hacia el sur
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 32
R/. En el Señor está nuestra esperanza.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.
ACLAMACIÓN (Hb 4, 12)
R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/.
Sácate primero la viga que tienes en el ojo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 1-5
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán. ¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo"
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 144, 15)
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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