martes, 14 de junio de 2011

LECTURAS DEL MARTES XI TIEMPO ORDINARIO 14 DE JUNIO SAN ELISEO PROFETA

"PARA SER HIJOS DEL PADRE CELESTIAL."



2 Co 8, 1-9; Mt 5, 43-48

La gratuidad escasea en una sociedad acostumbrada a ponerle precio a todo cuanto realiza. Quien se deja dominar por el principio de la rentabilidad y el máximo beneficio le parece imposible dar algo gratuitamente, o menos aún, donarse a sí mismo. Las relaciones se complican cuando resultan ser trueques o inversiones para recuperar en el corto o mediano plazo. Dios es desmedidamente bueno y no exige pagarés ni devoluciones. Se dona y se entrega sin medida. Quizás valga la pena decir que lo único que espera, es que los beneficiarios de su amor, continúen donándose y atendiendo a las necesidades de sus vecinos. Esa es la invitación que san Pablo dirige a los cristianos de Corinto: que se solidaricen con los cristianos de Jerusalén.


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 7. 9)

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

Cristo se hizo pobre por ustedes.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 8, 1-9


Hermanos: Queremos que conozcan la gracia que ha otorgado Dios a las comunidades cristianas de Macedonia. Pues, en medio de las pruebas y de los sufrimientos, ha sido inmensa su alegría, y su extrema pobreza ha producido tesoros de generosidad. Somos testigos de que han hecho lo que podían y más de lo que podían; espontáneamente nos pedían con mucha insistencia el favor de participar en la ayuda a los hermanos.


Y superando nuestras esperanzas, se pusieron ellos mismos a disposición del Señor y de nosotros, tal como Dios lo quería, de suerte que tuvimos que pedirle a Tito que concluyera entre ustedes esta obra de generosidad, puesto que él la había comenzado.

Y ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad. No se lo estamos ordenando; sólo queremos comprobar, mediante su interés por los demás, qué tan sincero es su amor.

Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza. 

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.




Del salmo 145 

R/. Alaba, alma mía, al Señor.


Alabaré al Señor toda mi vida, cantaré y tocaré para mi Dios, mientras yo exista. R/.

Dichoso aquel que es auxiliado por el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto el mar encierra. R/.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 13, 34) 

R/. Aleluya, aleluya.


Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.





Amen a sus enemigos.



Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.


Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto". 



Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 26, 4)

Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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