"Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Hch 6, 1-7; 1 P 3, 4-9; Jn 14, 1-12
La Iglesia madre de Jerusalén cumple genuinamente su misión: los apóstoles se ocupan de anunciar el mensaje de Dios y los diáconos asumen la tarea de servir y atender a las viudas y a los necesitados. La palabra se proclama y se vive. Son las dos dimensiones de la única misión. En esa misma línea apunta la enseñanza del Señor Jesús en el evangelio: Él es portador del mensaje que el Padre le ha confiado. Sin embargo, su misión no se agota en las palabras. Las obras que Él realiza apuntalan y confirman el valor de sus palabras. La palabra de Jesús es congruente y obra lo que dice.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 97, 1-2)
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 1-7
En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días. Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles, y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 3 2
R/. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro: 2, 4-9
Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.
Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios.
Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Jn 14, 6)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 14, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: `Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la resurrección de Jesús, oremos juntos por toda la humanidad.
A cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.
1. Por la Iglesia: que sepa acoger las alegrías y las esperanzas de todos los hombres y mujeres, y los ayude a encontrar en Dios el cumplimiento de sus anhelos. Oremos.
2. Por los obispos, los presbíteros y los diáconos: que, con la fuerza de Jesús resucitado, sean instrumentos de reconciliación. Oremos.
3. Por quienes gobiernan los pueblos: que se esfuercen en construir una sociedad más justa y solidaria. Oremos.
4. Por quienes sufren discriminación laboral, social, sexual, económica, o por razón de su procedencia: que todos vean reconocida su dignidad humana. Oremos.
5. Por los enfermos, los que padecen una disminución física o psíquica, por quienes cuidan de ellos: que no se sientan solos. Oremos.
6. Por todos nosotros: que la fuerza del Evangelio nos haga testigos de la vida nueva de Jesús. Oremos.
Dios y Padre nuestro, que nos llenas de alegría con la resurrección de tu Hijo, acepta ahora y siempre nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 1. 5)
Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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