jueves, 5 de mayo de 2011

LECTURAS DEL JUEVES SEGUNDO DE PASCUA 5 DE MAYO

"OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES"



Hch 5, 27-33; Jn 3, 31-36

Lo que el evangelio de Juan aborda de otra forma, lo concretizan Pedro y Juan en el relato de los Hechos. Los dirigentes del Consejo Judío siguen aferrados a las cosas de la Tierra, por eso, pretenden apropiarse indebidamente del poder para controlar las ideas y el lenguaje de las personas. Acostumbrados como estaban al ejercicio autoritario del poder, proceden de forma arbitraria. Pedro y Juan, que han comenzado a ver las cosas de arriba, han alcanzado una gran luz interior para discernir que conviene obedecer a Dios antes que a los hombres.

ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 67, 8-9. 20)

Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.


ORACIÓN COLECTA


Concédenos, Padre misericordioso, que veamos fructificar en nuestra vida las gracias recibidas durante esta Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA


Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 27-33




En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".

Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.


 Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.


Del salmo 33


 R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.





Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.

En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.


ACLAMACIÓN (Jn 20, 29)



 R/. Aleluya, aleluya




Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.


El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.



Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 3, 31-36


"El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él".

 Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos y purifica nuestros corazones, para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I-V de Pascua.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)


Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual, en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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