martes, 16 de agosto de 2011

LECTURAS DEL MARTES XX DEL T. ORDINARIO 16 DE AGOSTO

LA CONFIANZA EN EL DIOS QUE SALVA



SAN ROQUE


Jc 6, 11-24; Mt 19, 23-30


La promesa de asistencia que el Ángel del Señor dirige a Gedeón es clara: yo estaré contigo cuando emprendas la lucha para liberar a tu pueblo. Los retos enormes empequeñecen a veces el ánimo de las personas. Gedeón se sentía el hombre más insignificante entre los clanes y familias de la tribu de Manasés. Sabiendo que el Señor estaría con él se decidió a liberar a su pueblo. De esa confianza estaba urgido el joven rico del Evangelio, que no se decidió a romper las cadenas que ataban su corazón a las riquezas. Por algo el Señor planteó un dilema urgente: no se puede servir a Dios y al ídolo que se le opone, es decir, el dinero convertido en fuente de seguridad.


ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 6, 27. 28)

Amen a sus enemigos, dice el Señor; hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los difaman.


ORACIÓN COLECTA

Padre santo, que en tu mandamiento de amor nos ordenas amar sinceramente a cuantos nos afligen, concédenos practicar de tal manera la ley de Cristo que devolvamos bien por mal y nos esforcemos por llevar las cargas ajenas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA


Gedeón, tú librarás a Israel: Yo soy el que te envía.


Del libro de los Jueces: 6, 11-24


En aquellos días, vino el ángel del Señor y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás, de la familia de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba limpiando trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas, cuando el ángel del Señor se le apareció y le dijo: "El Señor está contigo, valiente guerrero".

Le contestó Gedeón: "Perdón, señor mío. Si el Señor está con nosotros, ¿por qué han caído sobre nosotros tantas desgracias? ¿Dónde están todos aquellos prodigios de los que nos hablaban nuestros padres cuando nos decían: 'El Señor nos sacó de Egipto'?

Ahora, en cambio, el Señor nos ha abandonado y nos ha entregado a los madianitas".

Entonces el Señor se volvió hacia Gedeón y le dijo: "Usa la fuerza que tienes, para ir a salvar a Israel del poder de los madianitas. Yo soy el que te envía". Le respondió Gedeón: "Perdón, Señor mío; pero, ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi familia es la más pobre de la tribu de Manasés y yo, el más pequeño de la casa de mi padre". El Señor le respondió: "Yo estaré contigo y tú derrotarás a todos los madianitas como si fueran un solo hombre".

Gedeón le dijo: "Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú el que me habla. No te vayas de aquí, por favor, hasta que vuelva con una ofrenda y te la presente". Él respondió: "Aquí me quedaré hasta que vuelvas".

Gedeón entró en su casa, preparó un cabrito, y con una medida de harina, hizo unos panes sin levadura; puso la carne en una canastilla y el caldo en una olla, lo llevó bajo la encina y se lo ofreció al ángel. Pero éste le dijo: "Toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esa roca y derrama encima el caldo". Gedeón lo hizo así.

Luego el ángel del Señor acercó la punta del bastón que tenía en la mano y tocó la carne y los panes sin levadura. Salió fuego de la roca, consumió la carne y los panes, y el ángel del Señor desapareció.

Entonces se dio cuenta Gedeón de que era el ángel del Señor y exclamó: "¡Ay, Dios mío, he visto al ángel del Señor cara a cara!". Pero el Señor le dijo: "Que la paz sea contigo. No temas; no morirás". Gedeón levantó un altar al Señor en aquel lugar y lo llamó "La paz del Señor".

Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.




Del salmo 84

 R/. Escucharé las palabras del Señor.



Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo y para los que se convierten de corazón. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.



ACLAMACIÓN (2 Co 8, 9)

 R/. Aleluya, aleluya.


Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.


Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos.



Del santo Evangelio según san Mateo: 19, 23-30



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos".


Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: "Entonces ¿quién podrá salvarse?". Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: "Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible".

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: "Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?". Jesús les dijo: "Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros".

 Palabra del Señor.

 Gloria a ti, Señor Jesús.



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Por quienes están en contra nuestra y con el deseo de convivir en paz con todos, te ofrecemos, Señor, este sacrificio, que es el memorial de la pasión de tu Hijo, que nos reconcilió contigo y nos devolvió tu amistad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 9-10)


Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los cielos.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Por este sacramento de reconciliación, concédenos, Señor, convivir en paz con todos y obtener que cuantos nos han causado daño, vuelvan a ti y se reconcilien con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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