martes, 30 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL MARTES XXVI DEL T. ORDINARIO 30 DE SEPTIEMBRE SAN JERÓNIMO (BLANCO)


Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 1, 2-3)

Dichoso el hombre que medita la ley del Señor, de día y de noche; dará fruto a su tiempo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que diste a san Jerónimo, presbítero, un suave y vivo afecto por la Sagrada Escritura, concede que tu pueblo se alimente de tu palabra con mayor abundancia y encuentre en ella la fuente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Para qué dar la luz de la vida a un miserable?

Del libro de Job: 3, 1-3. 11. 16. 12-15. 17. 20-23


Job abrió sus labios y maldijo el día de su nacimiento, diciendo: "¡Maldito el día en que nací, la noche en que se dijo: 'Ha sido concebido un varón'! ¿Por qué no morí en el seno de mi madre? ¿Por qué no perecí al salir de sus entrañas o no fui como un aborto que se entierra, una criatura que no llegó a ver la luz? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me amamantaron?

Ahora dormiría tranquilo y descansaría en paz, con los reyes de la tierra, que se construyen mausoleos, o con los nobles, que amontonan oro y plata en sus palacios. Allí ya no perturban los malvados y forzosamente reposan los inquietos.

¿Para qué dieron la luz de la vida a un miserable, aquel que la pasa en amargura; al que ansía la muerte, que no llega, y la busca como un tesoro escondido; al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir la sepultura; al hombre que no encuentra su camino, porque Dios le ha cerrado las salidas?" 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 87 

R/. Señor, presta oído a mi clamor.

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor. R/.

Porque mi alma está llena de desdichas y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan entre los que bajan a la tumba, soy como un inválido. R/.

Tengo ya mi lugar entre los muertos, igual que los cadáveres que yacen en las tumbas, de los cuales, Señor, ya no te acuerdas, porque fueron arrancados de tu mano. R/.

Me has colocado en el fondo de la tumba, en las tinieblas del abismo. Tu cólera pesa sobre mí, y estrellas contra mí todas tus olas. R/.



ACLAMACIÓN (Mc 10, 45) 




R/. Aleluya, aleluya.

El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de todos. R/.


Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 51-56


Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: "Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?" Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que, meditando tu palabra, a ejemplo de san Jerónimo, te ofrezcamos con mayor fervor el sacrificio de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jr 15, 16)

Siempre que oí tus palabras, Señor, las acepté con gusto; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN





Señor, que los sagrados dones que acabamos de recibir en la celebración gozosa de san Jerónimo, inflamen los corazones de tus fieles, para que, atentos a la enseñanza de la Sagrada Escritura, conozcamos lo que debemos seguir y, siguiéndolo, lleguemos a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

lunes, 29 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL LUNES XXVI DEL T. ORDINARIO 29 DE SEPTIEMBRE SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL. (BLANCO)


"Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre". 





ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 102, 20)

Bendigan al Señor todos sus ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a obedecer su palabra.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que con admirable armonía distribuyes las funciones de los ángeles y de los hombres, concede, benigno, que aquellos mismos que te asisten, sirviéndote siempre en el cielo, sean los que protejan nuestra vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón.

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 12, 7-12


En el cielo se trabó una gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon ferozmente, pero fueron vencidos y arrojados del cielo para siempre. Así, el dragón, que es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y Satanás, la que engaña al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con sus ángeles.

Entonces yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía: "Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia el que de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios. Pero ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la muerte. Por eso, alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 137 

R/. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.

Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.



ACLAMACIÓN (Sal 102, 21) 



R/. Aleluya, aleluya.

Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.


Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

Del santo Evangelio según san Juan: 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, llevado ante tu soberana presencia por ministerio de los ángeles, y te pedimos humildemente que lo recibas complacido y hagas que nos sirva para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélica, lo es inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo, Señor nuestro.

Por Él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 137, 1)

De todo corazón te doy gracias, Señor; te cantaré delante de tus ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que nos fortalezca, Señor, el pan celestial con que nos has alimentado, para que caminemos seguros por la senda de la salvación bajo la fiel custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

domingo, 28 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL DOMINGO XXVI DEL T. ORDINARIO 28 DE SEPTIEMBRE (VERDE)


¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?





ANTÍFONA DE ENTRADA (Dn 3, 31.29. 30. 43. 42)

Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.

Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28


Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 24 

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.

Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.

Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.


Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11


Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma. Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio interés, sino el del prójimo.

Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.

Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Jn 10, 27) 






R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.


El segundo hijo se arrepintió y fue. - Los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32


En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo".

Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Ahora, después de haber proclamado nuestra fe, presentemos nuestra oración confiada al Padre de todos. 

Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.

Por la Iglesia, por aquellos que quieren seguir a Jesucristo con fidelidad. Oremos.

Por el Papa, por nuestro obispo y por todos los obispos del mundo. Oremos.

Por las autoridades civiles y sus colaboradores, que tienen como misión hacer que funcione la vida colectiva. Oremos.

Por los hombres y mujeres del mundo entero, principalmente por aquellos que sufren las consecuencias de una riqueza mal repartida. Oremos.

Por quienes, movidos por el amor, trabajan por el bien de sus hermanos: los ancianos, los enfermos y los que se encuentran solos. Oremos.

Por la paz y la justicia en nuestra patria, que exigen el esfuerzo de todos para alcanzarlas y conservarlas. Oremos.

Por los que estamos reunidos en esta Eucaristía, compartiendo la alegría de la fe. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración. Haznos cada vez más fieles a tu amor, siguiendo el camino de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 118, 49-50)

Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, hemos compartido. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

sábado, 27 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL SÁBADO XXV EL T ORDINARIO 27 DE SEPTIEMBRE SAN VICENTE DE PAÚL (BLANCO)


"Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".





ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lc 4, 18)

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva y sanar a los de corazón contrito.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que, para el servicio de los pobres y la formación de los sacerdotes, colmaste de virtudes apostólicas a san Vicente de Paúl, presbítero, concédenos que, animados por el mismo espíritu, amemos lo que él amó, y pongamos por obra lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Acuérdate de tu Creador en tus años jóvenes, antes de que el polvo vuelva a la tierra y el espíritu vuelva a Dios.

Del libro del Eclesiastés (Cohélet): 11, 9-12, 8


Alégrate, joven, durante tu juventud, disfruta de corazón tus años jóvenes. Sigue el camino que te indique el corazón y lo que deleita a tus ojos. Pero no olvides que de todo ello Dios te pedirá cuentas. Aleja de tu corazón la tristeza y de tu cuerpo el sufrimiento; pero recuerda que los placeres de la juventud son cosas que se acaban.

Acuérdate de tu Creador en tus años jóvenes, antes de que vengan los días amargos y se te echen encima los años en que dirás: "No hallo gusto en nada". Antes de que se nuble la luz del sol, la luna y las estrellas, y retornen las nubes tras la lluvia. Cuando tiemblen los guardias de la casa y se dobleguen los valientes. Cuando las que muelen sean pocas y dejen de trabajar y las que miran por las ventanas se queden ciegas. Cuando las puertas de la calle se cierren y se apague el ruido del molino. Cuando enmudezca el canto de las aves y cesen todas las canciones. Cuando den miedo las alturas y los peligros del camino.

Cuando florezca el almendro y se arrastre la langosta y no dé gusto la alcaparra, porque el hombre se va a su eterna morada y circulan por la calle los dolientes.

Antes de que se rompa el cordón de plata, antes de que se quiebre la lámpara de oro, antes de que se haga añicos el cántaro junto a la fuente, antes de que se caiga la polea dentro del pozo, antes de que el polvo vuelva a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios, que es quien lo ha dado.
Todas las cosas, absolutamente todas, dice Cohélet, son vana ilusión. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 89 

R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R/.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.



ACLAMACIÓN (Cfr. 2 Tm 1, 10) 

R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.


El Hijo del hombre va a ser entregado. - Tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 43-45


En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos:

"Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que diste a san Vicente la gracia de realizar en su vida lo que celebraba en estos santos misterios, concédenos, por este sacrificio, ser transformados en una ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 106, 8-9)

Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos humildemente, Señor, que, para imitar a tu Hijo en su celo por la evangelización de los pobres, sigamos el ejemplo de san Vicente, ayudados por su protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

viernes, 26 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL VIERNES XXV DEL T. ORDINARIO 26 DE SEPTIEMBRE (VERDE O ROJO) MEMORIA OPCIONAL DE SANTOS COSME Y DAMIÁN MÁRTIRES


Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.






ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Ga 6, 14)

Que nuestro único orgullo sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en Él tenemos la salvación, la vida y la resurrección, y por Él hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito sufriera la cruz para salvar al género humano, concédenos que quienes conocimos su misterio en la tierra, merezcamos alcanzar en el cielo el premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Hay un tiempo para cada cosa.

Del libro del Eclesiastés (Cohélet): 3, 1-11


Hay un tiempo para cada cosa y todo lo que hacemos bajo el sol tiene su tiempo. Hay un tiempo para nacer y otro para morir; uno para plantar y otro para arrancar lo plantado. Hay un tiempo para matar y otro para curar; uno para destruir y otro para edificar. Hay un tiempo para llorar y otro para reír; uno para gemir y otro para bailar. Hay un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas; uno para abrazarse y otro para separarse. Hay un tiempo para ganar y otro para perder; uno para retener y otro para desechar. Hay un tiempo para rasgar y otro para coser; uno para callar y otro para hablar. Hay un tiempo para amar y otro para odiar; uno para hacer la guerra y otro para hacer la paz. ¿Qué provecho saca el que se afana en su trabajo? He observado todas las tareas que Dios ha encomendado a los hombres para que en ellas se ocupen.

Todo lo ha hecho Dios a su debido tiempo y le ha dado el mundo al hombre para que reflexione sobre él; pero el hombre no puede abarcar las obras de Dios desde el principio hasta el fin.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 143 

R/. Bendito sea el Señor, mi fortaleza. 

Bendito sea el Señor, mi roca firme; Él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides. R/.

Él es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R/.

Señor, ¿qué tiene el hombre para que en él te fijes? ¿Qué hay en él de valor, para que así lo estimes? El hombre es como un soplo; sus días, como sombra que se extingue. R/.



ACLAMACIÓN (Mc 10, 45) 




R/. Aleluya, aleluya.

El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de todos. R/.


Tú eres el Mesías de Dios. - Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 18-22


Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado".

Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie.

Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que este sacrificio, que en el altar de la cruz borró el pecado del mundo entero, nos purifique de todas nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque has puesto la salvación del género humano en el árbol de la Cruz, para que, de donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida; y el que en un árbol venció, fuera en un árbol vencido, por Cristo, Señor nuestro.

Por Él, celebran tu majestad los ángeles, te adoran las dominaciones, se estremecen las potestades. Te celebran, unidos en la alegría, los cielos, las virtudes celestiales y los bienaventurados serafines. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 32)

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento santo, te pedimos que conduzcas a la gloria de tu resurrección a quienes redimiste por el madero vivificante de la Cruz. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

O




MISA DE SANTOS COSME Y DAMIÁN MÁRTIRES

ORACIÓN COLECTA

Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus santos mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la gloria eterna y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al conmemorar la muerte dichosa de tus justos, te ofrecemos, Señor, aquel mismo sacrificio en el que tuvo su origen todo martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Conserva tus dones, Señor, en nosotros, y haz que lo que de tu bondad recibimos en la conmemoración de los santos mártires Cosme y Damián, sea para nosotros fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

jueves, 25 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL JUEVES XXV DEL T. ORDINARIO 25 DE SEPTIEMBRE (VERDE)


El rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)

Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

No hay nada nuevo bajo el sol.

Del libro del Eclesiastés (Cohélet): 1, 2-11

Todas las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión.

¿Qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos en la tierra? Pasa una generación y viene otra, pero la tierra permanece siempre.

El sol sale y se pone; corre y llega a su lugar, de donde vuelve a salir. Sopla el viento hacia el sur y gira luego hacia el norte, y dando vueltas y más vueltas, vuelve siempre a girar. Todos los ríos van al mar, pero el mar nunca se llena; regresan al punto de donde vinieron y de nuevo vuelven a correr.

Todo es difícil de entender: no deja el hombre de cavilar, no se cansan los ojos de ver ni los oídos de oír. Lo que antes existió, eso volverá a existir. Lo que antes se hizo, eso se volverá a hacer. No hay nada nuevo bajo el sol.

Si de alguna cosa dicen: "Mira, esto sí es nuevo", aun esa cosa existió ya en los siglos anteriores a nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 89 

R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R/.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/. 

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 14, 6) 





R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor. R/.


A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién es entonces éste de quien oigo semejantes cosas?

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?" Y tenía curiosidad de ver a Jesús. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de la Eucaristía.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.